sábado, 12 de agosto de 2006

crónicas bizarras presenta:

gatito come pecaito o no se pase Sr. López

Salí de mi casa con mucha ilusión. Sara me cancelo por ir a la fiesta de mi ex de la facultad. Me vería con Mandrágoragore en el metro, pero me mandó mensaje de que nos veríamos allá. No va a ir, pensé. Como era temprano tuve que esperar un rato a Lagartija en Balderas. Llegamos al zócalo. Llovía. Corto de Mandoki, Película de Argel. No había equipo en el escenario. Mal presagio. Llegó Fran. Decidimos ir por una chela mientras terminaba la película. Lagartija conocía una cantina donde la chela es a 10 varos. Llegamos, estaba atascado, arriba en un rincón había unas mesas. Hacía un calor del infierno. Me quité el saco. Platicábamos, las chelas no llegaban, sentí algo que caminaba sobre mi piel, en la espalda, me puse de pie, traté de sacudirlo, grité frenética. Ni Fran ni Camila vieron nada. Nadie en el lugar le dio importancia. El rincón estaba atestado de cucarachas. Salí despavorida. Buscamos otra cantina, todo lleno, decidimos volver al zócalo, averiguar algo. Llegó Jorge. Los de cabina dijeron que no sabían nada. Un cartel anunciaba a Santa Sabina, en el campamento, cada quien con su fiesta. El aire está corrompido, la gente hacinada. Decidimos ir a la Roma en busca de chelas baratas. Seguía traumada con la cucaracha. Tenía hambre. Jorge también. Vemos un puesto de quesadillas. Nos estacionamos, pasamos a comer. Camila está a dieta. Las quecas tardan años. Fran confiesa que si vio a la cucaracha pero no dijo nada para que yo no me asustara!!! Jugamos con unos gatitos que encontramos en la calle. Nos vamos al Soul. Esta atascado. Camila encuentra algunos amigos que conocí en otra fiesta. Platicamos, todo el mundo está pedo. Bailamos! Claro, una rola de Depeche Mode. No sé de dónde llegan las chelas a mi mano. Cierran el bar, nos la seguimos, pero ya veo doble, Camila y yo nos vamos a dormir. De Santa ni sus luces, me siento tremendamente decepcionada. Ya en la mañana nos vamos a desayunar. Jorge se queja amargamente de que lo dejamos chupando solo. Su celular suena cada media hora. Tenía una junta a las nueve. Son las once. Un señor en una mesa contigua se ríe de nuestras pendejadas. El mesero es lindo. Fran se duerme en la mesa. Llego a mi casa como a las dos de la tarde. No duermo. Payaso malo. No vi a la Santa, me siento fatal, estaba tan eufórica. Poco me importó que pensaran que era simpatizante del peje. Aunque tampoco me trago que haya ganado el PAN.

Días después, me entero que Santa tocó en la Glorieta Colón. El primer impulso es ponerme a llorar, tengo demasiada ira como para eso. Casi no puedo moverme por la lesión. Chale. Una ilusión rota, corrijo, una ilusión pura, hecha pedazos. Nadie tiene la culpa de que yo no viera a la Santa. Ni Otaola que aseguró tocarían en el zócalo. Ni quienes sí pudieron verlos.
Pero... los que organizaron todo, que tienen en esa situación a la gente, durmiendo entre las ratas y demás plagas del centro. Entre los wc portátiles que infectan el aire. Cada quien sus causas. Algunas causas hacen mejores a las personas, otras nos hacen proscritos, otras ciegan.

La mía es una buena causa.
No daño a nadie.
No prometo castillos de aire
No colapso al país

Lo mío es el rock.

Sr. López... cuál es su causa?

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