martes, 25 de octubre de 2005

tecnoslave reprise

Definitivamente esto ha sido una jugarreta del destino, porque si existen razones para escribir, o al menos así es en mi caso, es para legitimar, para recordar, para que no se me pierda en los laberintos de mi memoria y sobre todo para no evadir mis decisiones.

Esta vez, tramposamente, la mano divina quito algo que yo ya daba por hecho, que si lo escribí, fue para establecerlo como verdad y para atenerme a las consecuencias. Así lo hice durante todo el tiempo que estuve lejos, cuando no me había percatado de la sustracción misteriosa, lo asumí y fue muy fácil: no te extrañé nada.

Sin embargo... es la mano divina, la mano que traza el destino... que tal si estoy equivocada, que tal si debo esperar algo... estoy al borde de la duda...

Pero no, antes de sucumbir a ella, allá en el fondo, empiezan a brillar infinidad de detalles y argumentos titilantes que dan una respuesta negativa a las preguntas, poco a poco se van acomodando y son tantos que pueden hacer un letrero con letras bien gordas y brillantes:
PARA QUÉ.

Y también desde allá, desde el fondo, me llega la voz de Aguilera:
Quémame con tu piel
hazme sentir otra vez
incéndiame la razón...

Y me acuerdo de tantas cosas...
la mano divina me traiciona, yo misma me traiciono...

Pero no, ni madres, esta vez no me rajo.

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