Hay decisiones que cuesta mucho tomar.
Y es que duele.
¿Por qué? Pues porque definitivamente me gustaría que estuvieras en mi vida.
Duele saber que no quieres mi mano para sostenerte de ella.
No te estoy pidendo nada.
No eres la felicidad, ni siquiera te pareces un poco.
No soy la felicidad, ni la podrías encontrar en mí, ni en niguna otra parte.
La felicidad es una trampa mental, creeme.
Igual que lo que te estás haciendo ahora.
Ya te dije que no voy a buscarte.
Lo que pasé, si es que pasa, va por cuenta tuya.
Tú sabrás.
De cualquier manera, ya sabemos cómo termina la canción.
3 comentarios:
Salud!
Salud!
?¿?¿?¿ de plano?
besitos
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