jueves, 21 de febrero de 2008

soy un gato incomprendido, snif

Nuevamente publiqué en Metatextos, como esta vez lo hice más sensishito, ora hubo a quién no le gustó por eso, ni pedo, no soy monedita de oro. Pero helo aquí:


No lo posteo directo, porque tiene un formato que en este blog no se vería chido, pero vayan, vayan!

Ni se nota que estoy obsesionada con San Miguel verdá?

sábado, 16 de febrero de 2008

tengo un hoyo en la memoria

La primera cosa que pensé al despertar fue, quién me puso la pijama. Al instante me convencí de la conveniencia de tenerla puesta.

Camila me dice que que los cafés de anoche nos alivianaron. En eso momento recuerdo vagamente que me quemé con el café. Pregunto quién los pago. Fue Given. Pregunto a qué hora nos despedimos de Given y de Sue.
Recuerdo vagamente que nos subimos apresuradamente a un taxi y que yo estaba totalmente asombrada de que hubieramos llegado al depa.

Encontré cosas escritas en mi libreta y en un ticket del super. No sé si fui yo, analizo la letra, no es mía. Pero no puedo recordar quién lo hizo. Creo que fue Esparta.

Recuerdo la botella de whiskey, la preocupación por los vasos, la vuelta a la infame plaza de toros. Lo recuerdo porque aún no empezaba a beber.

Pregunto si llegué caminando. Al parecer sí, y al parecer no perdí el estilo, aunque sí la memoria.

Lo cierto es que al despertar, y aún al medio día, seguía ebria. Aún siento el alcohol en mis venas.

Todos los ciclos deben cerrarse con alcohol. Son cosas que uno debe celebrar, dejar atrás cosas de su vida que tienen valor sólo como experiencia.

Por supuesto cada ciclo en la vida se debe iniciar con alcohol, es importante celebrar cuando uno se vuelve a levantar, se pone en guardia a la Bruce Lee, hace el tipico movimiento retador con la mano y le dice a la vida:

¿Eso es todo lo que tienes? Anda, dame tu mejor golpe.

miércoles, 13 de febrero de 2008

pero el amor... esa palabra

ajá el amor, cómo no....

para esto sirve el amor:



yo por eso, nomás amo a cortázar, a la barranca, a pink floyd y parenle de contar....

martes, 12 de febrero de 2008

esperaste pacientemente a que estuviera libre, a que me decidiera. por eso te respeto. me enseñaste algo por lo que jamás te agradecí, un don: el desprendimiento.

las experiencias derivadas de todo esto me dieron la estabilidad que tanto necesitaba. me enseñaste, sin saberlo, que el respeto y la sinceridad son también una puerta al placer, una más segura que el amor.

ese ha sido y será el fundamento principal de la estructura, en la cual fuiste el primero, el más recurrido, en el que deposité toda mi confianza.

por eso, desprenderme de ti, ha sido fácil. no hay más.

has explicado tus razones y refrendado el respeto que te tengo.

te deseo que seas feliz. te lo mereces

gracias a ti también, por todo.

j u l i o



febrero no me gusta
me recuerda que fuiste
que no somos
que le escribo al viento
que sólo me queda leerte
que te extraño
que te sueño...

nadie ha cambiado mi vida como tú
nadie me ha removido, demolido, deshecho y reconstituido como tú.

No me importa brindar sola en plena oscuridad
Con el agave en las venas,
juro,
por mis huesos
por mis letras
por mis desvelos

que nunca dejaré esta fecha
sin derramar un caudal de lágrimas
en nombre de tu ausencia.

lunes, 4 de febrero de 2008

hell in me

la luz titila. ni siquiera eso me trae seguridad. afuera un ruido de perros me exaspera. nostalgitas indefinibles, tan como para no saber por qué o quién.
Ni siquiera el vestido de terciopelo negro que cubre mi piel me hace sentir bien.
Cierro los ojos y dejo que el espíritu del agave me posea.
Abro el libro de poesías en la primera página, será doloroso, pero siendo yo, sabemos que soy muy capaz de disfrutarlo.

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Y hablando de poesías y cosas que duelen ¡les voy a contar un cuento!

Había una vez un colectivo de poesía en ciudad lejana y calurosa (aunque en estos días hacía un pinche frío), que urgidos por terminar el número de enero, y salir a echarse unas bien heladas (sí a pesar del frío), se dieron cuenta que les quedaba un pequeño espacio como de cinco centímetros. Se preguntaron entonces si alguno de los verdaderos poetas que escriben en el colectivo tenía un poema que cupiera en cinco centímetros. Algunos rieron, otros nomás dijeron que pos no. Entonces se pusieron a gugulear y anotaron"poemas chafas de cinco centímetros" y les salió éste:


y lo pusieron justo en ese espacio que quedaba. sí justo en ese espacio donde duele.