viernes, 20 de agosto de 2010

Ustedes qué saben del amor...

No sé si con ustedes ya me había quejado de lo idiota que me parecía que medio país estuviera cubierto con letreritos del la Ruta Bicentenaria en las carreteras, mientras que la señalización realmente útil se cae de vieja, o lo idiota que resultaba que vialidades ya muy conocidas cambiaran de nombre por uno bicentenaril (yo también invento palabras, jum!) y de la posibilidad que hasta salieran ediciones bicentenarias de tangas en las sexchops de la Zona Rosa.

Ahora no hablaré de la rola de Jaime López porque ya lo han hecho mucho en los internetz, y de hecho en su página en FB ya dejé un recadito sobre lo que pensaba.

Al respecto me adhiero a lo que dicen @Kyuuts y @rufianmelancoli "es una broma negra del Señor López"

Lo que si voy a decir es que todos esos que vienen a reclamarle al Sr. López que se haya vendido, que ya está muerto y demás, son unos hipócritas. Sobre todo aquellos que lo conocen sólo por Chilanga Banda, aquellos que nunca han pagado un peso por un disco suyo, aquellos que jamás han pagado un centavo por estar en uno de sus conciertos.

Es bien fácil venir a gritarle a un músico independiente que se ha vendido, cuando no se ha hecho nada por apoyar su carrera. Cuando desprecian la música hecha en México, porque les resulta muy básica o intrascendente, mal hecha. (miedito con sus estándares, chavos)

Yo defiendo a muchos músicos mexicanos porque sé lo difícil que es en ese país tener una voz auténtica. Hacer la música que te gusta aunque compren tu disco tres pelados. Y esos mismos tres pelados sean los únicos que van a tus conciertos.

Mucha de esta música es "artesanal" si ustedes quieren, pero refleja feacientemente un contexto al que sí pertenezco. Y lleva además, una buena dosis de crítica.

Yo sé que estas opiniones a esos hipócritas les valen madres. Nomás les voy a decir una cosa:

Ustedes qué saben del amor, si nunca han llorado en un concierto de Jaime López.

Ahí les va una que no es actualización pero se parece:

El comentario de Rufián Melancólico (que igual lo pueden leer abajo pero me gustó tanto que lo subí)
Varias cosas, por ejemplo:

1) a Jaime López nunca se le ha dado el reconocimiento que se merece. Yo creo que debería tener los tamaños que tiene Sabina en España, o Charly García en Argentina, pero que se le desdeñe y no se le reconozca toda su obra, es muestra de cómo se maneja en México el talento

2) Jaime es famoso por llevar la contra a lo que se espera de él: cuando era rockero se lanzó a la cumbia; en el momento más recalcitrante del dogmatismo alternativo (que también lo hay)se metió al OTI y con una canción cabulera que quedó en último lugar; cuando se espera de él compromiso político hacia la izquierda, lanza rolas sarcásticas contra las ideologías, como "Rojos y cristianos" del Desenchufado. No me extraña que en ese afán de llevar la contra, haya accedido a entrar al juego federal para hacer el tema del Bicentenario. Y que lo disfrutó con mucha ironía.

3) Esto sí es la hipótesis más jalada (y la dije en el tuiter): cuando declaró que teníamos la "música que merecíamos" y que suena un pelís despechado, ¿no sería porque antes le batearon otra rola muy suya, y por eso, tipo venganza, escribió esa horrenda jalada del shalalá?

4) Por muy aberrante que sea el pretexto de la rola, es buena oportunidad para acercarse a la obra en general de Jaime López, y reconocerle su lugar como el compositor mexicano vivo más importante en este momento.

5) Viene el oportunismo: acá dejo la liga de algo que escribí hace un par de meses sobre él http://lelrufianmelancolico.blogspot.com/2009/09/jaime-lopez-mexico-creo-en-mi.html

6) Y pues saludos, y sí, a reconocerle su talento a quien lo tenga. Y Jaime López lo tiene en cantidades más que importantes.

2 comentarios:

El Rufián Melancólico dijo...

Varias cosas, por ejemplo:

1) a Jaime López nunca se le ha dado el reconocimiento que se merece. Yo creo que debería tener los tamaños que tiene Sabina en España, o Charly García en Argentina, pero que se le desdeñe y no se le reconozca toda su obra, es muestra de cómo se maneja en México el talento

2) Jaime es famoso por llevar la contra a lo que se espera de él: cuando era rockero se lanzó a la cumbia; en el momento más recalcitrante del dogmatismo alternativo (que también lo hay)se metió al OTI y con una canción cabulera que quedó en último lugar; cuando se espera de él compromiso político hacia la izquierda, lanza rolas sarcásticas contra las ideologías, como "Rojos y cristianos" del Desenchufado. No me extraña que en ese afán de llevar la contra, haya accedido a entrar al juego federal para hacer el tema del Bicentenario. Y que lo disfrutó con mucha ironía.

3) Esto sí es la hipótesis más jalada (y la dije en el tuiter): cuando declaró que teníamos la "música que merecíamos" y que suena un pelís despechado, ¿no sería porque antes le batearon otra rola muy suya, y por eso, tipo venganza, escribió esa horrenda jalada del shalalá?

4) Por muy aberrante que sea el pretexto de la rola, es buena oportunidad para acercarse a la obra en general de Jaime López, y reconocerle su lugar como el compositor mexicano vivo más importante en este momento.

5) Viene el oportunismo: acá dejo la liga de algo que escribí hace un par de meses sobre él http://lelrufianmelancolico.blogspot.com/2009/09/jaime-lopez-mexico-creo-en-mi.html

6) Y pues saludos, y sí, a reconocerle su talento a quien lo tenga. Y Jaime López lo tiene en cantidades más que importantes.

Carlos dijo...

Sí, a mí también me sacó de onda al principio; pero la canción es tan horrenda que es casi obvio que se trata de un chiste. El problema tal vez es que ese chiste sólo lo entendemos quienes conocemos a Jaime, aún así creo que no había otra forma de haberlo hecho pues cualquier crítica al discurso oficial iba a ser rechazada o cambiada. El mismo Jaime lo dijo: "tenía muy claro lo que no podía decir en la canción".

La única alternativa que tenía el buen Jaime, creo yo, era ridiculizar el pinche festejito, rifarse con la lana que le dieron y que los organizadores se quedaran con la idea de que se había hecho un buen trabajo.

Sí, la canción es una porquería por donde se le vea, pero creo que precisamente ésa es la intención.