domingo, 25 de enero de 2009

Cuando sentimos de repente, el aguijón del alacrán

La historia no fue larga, es curioso, yo que siempre planeo a la perfección eso de tirarme a la perdición, esta vez, me apendejé. No hicimos la reservación a tiempo y nos la pelamos.
Snif, snif, trabajar no deja nada bueno, ya lo decía yo. Pero qué iba a hacer, ¿sentarme a llorar como una nena como hago cuando veo pelis como Bolt o Tierra de Osos? ¡No! (¡puse tres comos en la pregunta anterior!, pfff estoy perdiendo el estilo, ya, regresa, regresa...)

Por supuesto que no, entonces hice lo que toda persona sensata haría en estos casos: beberme lo que no me gasté en entrada, pasaje y hospedaje (modesto que no sea humillante).

Así, con mi queridísima Nahuii, le caímos al insólito bar de HeavyMetal, que está a unos pasitos de Evolution, donde me hacía mis tattoos. Una vez Ojitos me dijo que era su bar favorito y que amaba la dedicación de Heavymetal (sí el luchador) para con sus clientes, y pues tenía ganas de ir.

Se suponía que a Cuernavaca iría con nosotras el Negro, pero fiel a su costumbre, nos abandonó a la mera hora por unos blogstars. Así son todos los hombres, te dejan por otros hombres cuando tienen más visitas en su blog (quiero pensar que es por las visitas, snif).

El HeavyMetal, se parece mucho a los antruchos que están en la periferia de la FES Aragón. Creo que con eso les digo todo, es como un bar de la periferia de la periferia. La primera banda, me hizo sentir tanta nostalgia... al vocal se le olvidó la letra de Paranoico y desafinaba mal pedo (por eso yo dejé la onda de las banditas hueseras, tengo un poco más de dignidad). La siguiente banda, que es algo así como la banda de casa (porque la vocal, cantaba, presentaba a las otras bandas y cobraba las chelas) sonó mucho mejor. Y se veía muy bien. Sobre todo el guey de la guitarra (grrrr). Jajajaja. Cuando la segunda bandita terminaba de tocar, se nos acabó la primer cubeta. (eso es lo bueno del Heavymetal, la cubeta con seis chelas está a $100) Y aunque no me animaba a pedir la otra, hubo una cierta negociación que, ni como decir que no, y nos trajeron la otra.

A la mitad de la segunda cubeta, la Negra y yo ya estabamos risa y risa. Sobre todo con la tercera bandita de la noche, luego de que le dije "chale, piensan que con meter una flautita ya es una banda de progre" y que me callan la bocota de la mejor manera. Tocando bastante chingón. Eso o que ya eran casi las tres de la mañana y casi le dabamos mate a las últimas chelas. (Nahuii me ayudó un poco con la última, lo confieso, es que yo tenía que estar lú-cida para decirle al taxista como llegar al depa).

Sin hacer ruido para no despertar a mi roomate, nos comimos lo que quedaba de una caja de galletas Oreo de fresa y dormimos en mi camita desarmable. Despertamos con bastante hambre, y frescas como lechuguitas (nos la pela la cruda), nos fuimos al super. La Negra insistió en que compraramos comida para no llegar a cocinar y, pues no me gusta que me insistan.

Luego de babear por unas pulseras de caracoles y concha nacar, tomamos un taxi en Patriotismo, entonces sucedió.

Mientras yo le daba indicación al taxista de hacia dónde íbamos, la Negra voltea y me dice, ¿oyes?
Me quedé atónita. Eran unos tambores que cualquiera de mis células reconocería aunque estuviera congelada en un contenedor alienígena.

El taxista nos veía desconfiado por el retrovisor, dos morritas cantando una rola poco usual en una estación de AM. Pero no fue por el hecho de que estuvieramos cantando, más bien porque lo tuvimos dando vueltas a la manzana hasta que acabó la rola y nos bajamos con una sonrisa de oreja a oreja.

Qué loco ¿no?

5 comentarios:

Gerson Obrajero dijo...

Cubeta de 6 a $100 y música ahí dos??

Quiero ir!!! xD

Lu García dijo...

Está efectivo, no?

Nahuii dijo...

como decir que no con esos morenos argumentos? jajajajajajjaa

Y se que el flautista toco tus fibras mas hondas, aun mas que el guitarrista jajajajajajaja

besos

Gerson Obrajero dijo...

efectivísimo! =)

B West dijo...

ay, por eso te quiieeerrooooo!!!!!!