viernes, 12 de octubre de 2007

Platónico

Nos gustan los boleros. En tus canciones se asoman a cada rato. No dejas de rendirles inmensos pero sencillos tributos. Es hermoso poder ir uniendo los acordes que vas dejando, saber que hablamos un mismo lenguaje.

En mí, los boleros son una tradición. Los escucho desde que escucho, los recuerdo saliendo de la vieja radio de mi abuela, en la voz de mi tía que los canta tan bien mientras lava los trastes. Ahora, los colecciono en mp3. Porque no tengo más que desearlo, para que empiecen a reproducirse en mi cabeza.

Somos boleros bifurcados en una explosión de emociones demasiado intensa para sólo sentirla, tiene que salir, tiene que hacerse canción, hacerse letras, desbordarse por los poros.

Es curioso que sea un bolero y tu personal interpretación de él lo que me haya llevado tan inconscientemente a manifestar oníricamente lo que todo el mundo sabe.

Porque el bolero es el génesis de surrealidades a todas formas posibles. Y a veces, cuando la magia de la evocación es infinita, el bolero se hace sueño o yo quisiera pensar que ese sueño, es la frase más bella un bolero que aún no escribo.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Boleros?

Hasta la fecha...

Anónimo dijo...

Hey, recuerdas que soñé también con Él? algo de un cortometraje? Alguna casualidad me regresó ahí; trabajo en ello.

Ja.

Anónimo dijo...

Julio
Sí, nunca mueren.

Carlo
sip, lo recuerdo ahora, también me acordé de tí mientras lo escribía, y de Toña.

Anónimo dijo...

Tons tambien te gusta la peli de cantinflas: El Bolero de Raquel?

Anónimo dijo...

y también el Bolero de Ravel, cómo no!