sábado, 25 de junio de 2011

La Playa




Fue el último día. Con el mar de llena y Dulce y Alicia como acompañantes cuando por fin pude escuchar esa canción. Era nuestro último día en la playa, a la mañana siguiente, debíamos emprender el regreso hacia Huatulco. Intentaba emparejarme un poco el bronceado. El sol, como siempre, inclemente. Mi piel, como siempre, atascada de bloqueador, aquella futureando sobre vivir ahí en algunos años, y la otra suspirando con el pensamiento en Alemania.

Fue una gran semana. Ocho días en el paraíso. Una semana completa en el sitio al que los zapotecas llamaban la Puerta del Sur.

Punta Cometa es la saliente más meridional de todo el litoral mexicano del pacífico. Permite dominar el mar que se extiende hacia el infinito con una visión de 180º, un punto donde en ciertas épocas del año, al atardecer, se puede ver el sol hundiéndose en el agua en el extremo derecho, y minutos después se ve aparecer la luna en el extremo izquierdo.

Punta Cometa fue considerado por los zapotecas como un lugar sagrado, por los conquistadores españoles como un punto militar estratégico. Ahora es una reserva natural protegida, con tal misticismo, que el Dalai Lama envió una vasija con cenizas a ese lugar, y aún es considerado por muchos como un sitio de sanación.

Hacia el oeste se extiende la pacífica Playa Mermejita, la de arena finísima y negra. Bajando el cerrito se llega a la pequeña Playa Cometa, hacia el este se encuentra Playa Rinconcito donde comienza la zona más turística de Mazunte.

En un año, las calles de Mazunte fueron empedradas y encontramos la Fonda de los Pibes, ahora como parte de la posada de Las Tortuguitas. Mazunte sigue siendo el paraíso de los extranjeros mientras los nacionales seguimos amontonados en las frenéticas ciudades.

Nos hospedamos en casa Ana, que colinda con los límites restringidos de Punta Cometa. Podría decirse que es el último lugar habitado en ese extremo del país. Para llegar a la casa había dos caminos, un atajo pequeño bordeando la reserva que desembocaba en Playa Rinconcito y el camino que subía desde el Andador Rinconcito, con rumbo hacia el panteón, por donde también se puede continuar de frente hacia Mermejita.

¿Habrán sido 18 o 19 horas de camino para llegar? A mí se me olvidaron en cuanto me mojé los pies.

Lo que voy a recordar siempre es la vista de la terraza. Y el rumor del mar como suave arrullo, la tarde mágica en Playa Cometa con el escape de la gran mariposa, la brisa cálida en un abrazo de amor de gatos, las idas y vueltas a la panadería por los chocolatines, el mítico juguero, el revolcón de Playa del Amor, las conexiones indestructibles que se hacen presentes cuando uno juega, va y viene en la arena negra, el cielo vestido de la tempestad que se aproxima, el camino por el desfiladero para llegar a los jacuzzis naturales y para tomar una foto de cumpleaños, el flan de fresa con coco, tantas risas, tanta magia, tantos días, tantos amigos y amigas, tanto desear quedarme, tanto desear volver.

Prometí volver. Siempre vuelvo.

Gracias a todos los que fueron, gracias a todos los que lo hicieron posible.
Karla, Andrea y Miguel, Andrea y Sil, Eve e Israel, Analía, Dulce, Alicia y Renato.

(ya sé que siempre quieren fotos y esas están en FB)

2 comentarios:

Nahuii dijo...

gatito,no seas mula, yo no tengo facebook, eso me va a impedir disfrutar de tus fotos? pretendes que organicemos otro viaje para volver a tomarlas? podríamos hacerlo jajajajaja

te amo. gracias................
volvemos en un año

Vainilla dijo...

:') La quiero infinito, un honor haber compartido esos bellos días con usted.