El matrimonio entre personas del mismo sexo y la posibilidad de adopción para esta forma de pareja es reconocido constitucionalmente y válido en todo el país. Una acertada disposición de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.Es un triunfo de la razón sobre el dogma, sobre la ingorancia y el afán de control en la vida erótica de los demás.
Pero en este asunto veo doble, digo, veo dos cosas:
- A cada avance en materia de derechos sexuales (léase ahí mismo humanos) en el Distrito Federal, viene siempre un efecto bola de nieve en las entidades más conservadoras. Así que vendrá idiotez y media. Por ejemplo, Querétaro no se ha hecho esperar, pues ya la cúpula empresarial priísta ha hecho declaraciones sobre el apart-gay: disponer espacios exclusivos para parejas homo, alejadas de otra zona “familiar” en franca oposición a las demostraciones públicas de afecto.
- Viene una tarea más grande, abatir la discriminación con educación. Afortunadamente, poco a poco he ido viendo cómo las parejas homosexuales van posesionándose de espacios públicos, sus demostraciones públicas de afecto son exactamente iguales que las de las parejas heterosexuales, y déjame informarte lector, que si a ti te causan escozor, el problema está en ti, no en ellos o ellas. Nosotros que crecimos con otros esquemas, que no veíamos esto como algo habitual en las estampas de la ciudad (porque ellos y ellas eran obligados socialmente a reprimirse), ahora podemos formarnos en plena adultez un criterio amplio e inclusivo. Si te preocupa lo que puedan preguntarte tus sobrinos, hijos o nietos de ¿por qué esos señores se besan? O ¿por qué esas señoras se abrazan? Es bien fácil la respuesta: Por que se quieren. Y dilo sin que se te suban los colores a la cara, ve soltando tus propios lastres, y más importante: no los heredes.
Educar será una tarea ardua, dado que hay mucha confusión entre las personas y esto lo fomenta el dogma. aquí una pequeña muestra de un escrito de Catholic.net que me pasó @in_lack_ech:
Dios une al hombre y a la mujer para que formen “una sola carne” y puedan transmitir la vida humana... Es decir, el matrimonio es una institución natural.
Terrible error.
El matrimonio según el Diccionario de uso de la Lengua Española es:
(Del lat. matrimonĭum).
1. m. Unión de hombre y mujer concertada mediante determinados ritos o formalidades legales.
2. m. En el catolicismo, sacramento por el cual el hombre y la mujer se ligan perpetuamente con arreglo a las prescripciones de la Iglesia.
3. m. coloq. Marido y mujer. En este cuarto vive un matrimonio.
Un hombre y una mujer se unen formando “una sola carne” y pueden reproducir la especie en el coito. No usé el verbo “transmitir” porque me remite a un virus o una enfermedad, y no queremos que la gente piense eso de la vida, que es tan bonita, aleluya y así. El coito no es el matrimonio, pues con ello hablamos de ritos y formalidades legales. Por tanto el matrimonio es una institución social, el coito un acto natural. Y muy importante, en el coito es posible elegir si se realiza con fines reproductivos o por la simple obtención de placer, con o sin amor incluido. Esa es nuestra realidad, y no hay por qué regresarse al siglo XVIII.
El resto del artículo prosigue enlistando desvaríos, como esté con el que finaliza:
Por qué la Iglesia se opone al “matrimonio” gay? La única razón que encuentro es porque le “duele” el hombre. Le preocupa lo que vaya a ser de él.
No te preocupes Iglesia católica, lo peor que le puede pasar al hombre gay o la mujer lesbiana que ahora puede vivir en matrimonio y adoptar es que llegue a ser feliz. Sabemos que eso no está en tus esquemas donde el sufrimiento es la felicidad, pero pierde cuidado, y ocúpate en fortalecer tus argumentos porque éstos hacen llorar al sweet baby Jesus.
En el artículo también mencionan la necesidad de invertar palabras para no herir susceptibilidades "gaymonio" "lesbonomio" (que porque matrimonio viene de matriz y eso refiere a reproducción) sólo tengo otra palabra inventada #nememen.