jueves, 15 de julio de 2010

Ing. Cayetano Cabrera:

Me dirijo a usted como uno más de los testigos que deambulan uno que otro día por el campamento del #SME donde usted está dejando la vida.

La huelga de hambre del #SME ha logrado hasta ahora, evidenciar ante todos varias cosas:

Que existen personas organizadas con un firme propósito de llegar a la justicia: el #SME. No sólo porque hayan sido despojados en uno más de los arrebatos del poder, también porque su lucha no es por unos cuantos que logren una negociación, lo es por los 44 mil despojados, pero además, es una lucha congruente, por todos.

Que los gobernantes no están interesados en esa justicia, se aferran a la ganancia de entregar el patrimonio del mexicano al mejor postor.

Que ninguna institución, llámese Suprema Corte de Justicia de la Nación o cualquier otra, está realmente procurando esa llevada y traída justicia, ésos también tienen precio, económico, político, de cualquier tipo.

Que una parte de la sociedad, está conmovida, expectante. Esa parte con conciencia social y sed de cambio, que, sin embargo, sigue pasiva, contenida por una tranca imaginaria que podría traducirse como un “cada quien su lucha”.

Que otra muy grande parte de la sociedad sigue apática, esos que piensan ilusamente que la lucha social no tiene nada que ver con ellos, esos que se imaginan que están a salvo, cuando naufragan, como todos, en una crisis impuesta por un modelo económico que sólo beneficia a los mismos de siempre.

Pero todo esto usted ya lo sabe.

Ahora usted entrega su vida, está dispuesto a llegar hasta las últimas consecuencias.

El #SME respeta su decisión, porque ante todo, lo respetan como persona y como luchador social.

Es un acto de valentía y dignidad.

Pero le voy a ser sincera. Yo lo que estoy esperando es que usted quede inconsciente para que puedan llevarlo a un hospital y salvar su vida. Sé que su voluntad ferrea no va a flaquear y va a estar en el campamento hasta el final. Pero no quiero saberlo muerto.

Su muerte no sería justicia.

Su muerte sería un arma política que podría levantar a muchos y sobre ellos vendría la represión. (Pienso ese escenario porque no conozco otro). Que el #SME esté preparado para eso y para continuar la resistencia. No lo dudo. Que los del poder seguirán sordos, ciegos y cínicos, lamentándose públicamente por su muerte, y tratando de comprar el silencio. Tampoco lo dudo.

Así, su muerte no sería justicia.

Yo pido la justicia, no la muerte de hombres dignos, valientes y con principios como usted. Hombres que son más valiosos en la lucha que en la tumba.

Se que la mía, no es una voz que tenga eco en ninguna parte. Sé que yo no estoy ahí arriesgando mi vida. Pero este es mi acto de conciencia, decirle:

Yo prefiero honrar su vida y su valor y no su muerte.


3 comentarios:

Carlos dijo...

de acuerdísimo. mejor vivir de pie que morir en vano.

Yareli dijo...

Qué lástima que en un país como Cuba un hombre pueda lograr que el gobierno ceda y acá ni con todos los hueguista se haya podido ver un cambio ya no digamos significativo, sólo un cambio, es realmente triste.

Saludos!

Lu García dijo...

Por lo pronto, hoy que ya no dejaron pasar visitas, le dije de lejitos que él, flojito y cooperando para que lo lleven al hospital.