sábado, 29 de agosto de 2009

Hasta que el cuerpo aguante...

... clásica frase que todos adoramos decir en el fragor de la parranda y que, al despertar al día siguiente, suele retumbar en la cabeza con una especie de reverb y destellos de colores. Pero no aparece de forma clara, esos despertares tienen todo menos claridad. Normalmente hay un desembotamiento progresivo, momentos de lucidez en que se logra recordar fragmentos, mientras van apareciendo poco a poco las también clásicas preguntas ¿dónde estoy? ¿qué pasó aquí? ¿dónde están mis muebles? Entonces, el único camino de la salvación es hacía el botiquín del baño. Y ahí, frente al espejo, viene el solemne y mucho más clásico " no lo vuelvo a hacer". Pero sabemos que una vez que actúan las agüitas efervescentes, regresa el ánimo y las ganas de armar plan. Y aquí, como cada semana, hay unas cuantas recomendaciones para todos esos sobrevivientes.

Y si quieren ver de qué hablo, denle clic a la imagen...




No hay comentarios: