sábado, 27 de diciembre de 2008

Desnuda en la cornisa de un octavo piso

No, no fue porque haya llegado el látigo de ningún susodicho. Ni era un efecto de un momento de calenturismo, nada de eso. Fue por amor al arte. Y también porque, he de admitirlo, soy bien exhibicionista.

Yo fui de esas personitas que no quisieron ir a encuerársele al Spencer Tunik en el Zócalo por mucho que lo enarbolara como proyecto de arte y que mi alma Mater estuviera involucrada en el asunto. ¿Entonces por qué ahora sí? Pues porque esto me pareció más genuino y sobre todo, porque yo iba a ser un elemento fundamental, no la nalga 3486 en una foto llena de nalgas.

La idea era hacer una interpretación abstracta del encuentro de Edipo con la Esfinge, y sí adivinaron, no me tocaba ser Edipo. El escenario era la cueva de la Esfinge que reinterpretado terminó siendo un departamento bastante mono en Huipulco. Y hasta allá fui un sábado por la tarde. Platicamos qué era lo que tenían pensado y les pedí que fueran totalmente directivos conmigo ya que desde los primeros contactos yo les había advertido que no tenía idea de cómo posar para fotos así… (dije fotos así). También comenté la existencia de Leviatan y del Ojo del mítico gato negro, pero me dijeron que no había bronca, que hasta iba bien con toda esa onda.

Originalmente, en la foto aparecerían otras dos personas, pero al final de cuentas les dio frío y no fueron, por lo que se tuvo que hacer un trabajo más abstracto usando cosas que estuvieran al alcance. Entonces sí, me convertí en el elemento humano más importante de la composición. Ja.

Y la neta, ahí en la cornisa de la ventana, sí hacía frío. Fue una situación bastante impulsiva la que me llevó ahí, me dijeron: ¿te dan miedo las alturas? Me reí y dije ¡claro que no! Ah, entonces podemos intentar otro lugar. Entonces, pusieron el lienzo rojo que habíamos estado usando como elemento de color en la composición sobre el cemento y con una escalerita salí a la cornisa. A lo lejos podía ver personas caminando en las calles cercanas y no voy a negarlo, me excitó la idea de ser descubierta en ese momento, pero creo que eso no sucedió, estaba bastante alto y en una zona muy tranquila. Para tomar las fotografías, tuvieron que salir a la cornisa de la habitación contigua.

De las casi 150 tomas que hicieron para el numerito, fue sólo una la que finalmente presentaron en el proyecto. Aunque no quedó ninguna de la cornisa. He estado pensando si la publico o no, y como este es un blog familiar y apto para niños pues sólo será una partecita.

Puede que con esto me vea como toda una exhibicionista, pero bah, han visto cosas peores.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Se necesitan más huevos para posar tu sola que con 20 mil cabrones en cueros aplausos!!! Buena pic

Anónimo dijo...

Opino lo mismo de arriba, Que huevos!

Anónimo dijo...

Qué chido!

B West dijo...

ay, tu eres de las mias canijaa!!

Lu García dijo...

y lo volvería a hacer, nomás que se acabe el invierno y me cure de la infección en la garganta, jajaja