Saben, días antes del concierto, me desviaba de mi camino normal para pasar por el Metropólitan nomás para elucubrar... y es que BELEW... veía videos de él en youtube, cuando estaba con Zappa y con Bowie, así bien fans... Visitaba casi a diario el blog de Al y por supuesto comentaba con mis amigos que son igual de fans en el messenger el “yamerito”... Cuando llegó el momento me dije: este día se va a dividir en dos, mi frágil mente no podría soportar dos conciertos así, como si nada.
Domingo 9 de septiembre de 2007 (1)
Llovía, dos gatitos bajo un paraguas llegaron al Metropólitan, anhelantes, expectantes.
Tomamos nuestros lugares, fila 7 a la mitad, en la fila cinco a unos seis asientos a la derecha estaban mi reina adorada Marión y Mary Carmen y justo cuando me disponía a ir a saludarlas me petrifiqué.... esa mujer se parece a... ¡Cecilia! y me entró el gacho síndrome del fans, o sea empecé balbucear y acelerarme. Y mejor ya no fui, no fuera yo a hacer un osote y menos enfrente de ella. (Imaginen cómo me puse luego cuando vi que también estaba su señor esposo Alfonso...)
Además tenía otro pesar: o mi radar para encontrar a Dios se había descompuesto o en definitiva no fue... y yo quería verlo...
Quieren que les diga que rolas tocaron???? Bueno pues según yo fueron las siguientes:
Seis letras, La tumba de Philidor, La luz usa zapatos blancos, La barba del loco, Talando insomnio, Petit noir, Cuarto de azotea, Clarasolelpino, Zizou y Caballero de los leones.
Ahora sí les van los momentos memorables de este concierto.
Verlos, ahí en el Metropólitan, eso es memorable, eso es significado de que todos los esfuerzos de Al por llevar su proyecto al infinito y más allá, están teniendo frutos, y más aún considerando a quién estaban acompañando.
Cuando los presentaron, fueron entrando al escenario pero sólo Al se colocó el bajo e inició en solitario, si ustedes hubieran visto las caras de los otros tres, dirían que eso es hermandad. Y por supuesto eso salió a relucir despues cuando Al, sacando de onda a más de uno, dijo: les presento a mi hermano Gerry Rosado, a mi hermano Alejandro Otaola y a mi mejor amigo y hermano José María Arreola (eso me dejo con ojito de remi).
Otra cosa que me conmovió hasta que mis ojitos se hicieron cristalinos fue el enorme sentimiento que se reflejaba en el rostro del Al mientras ejecutaban la primera parte de Clarasolelpino, con la que rendía homenaje a Jaco Pastorius, que ustedes no están para saberlo ni yo para andar de chismosa, pero es la máxima figura musical para Al.
El momento jam de La barba del loco junto con Daniel Zlotnik, “vibroso” sería el calificativo.
Las risas estallaron cuando en un momento de Talando insomnio a Al se le ocurrió decir “Esto no es un tributo a Timbiriche”. Y otra vez cuando con el “tucututa tucututa, tucuta tucutacatacatiquitiquitiqui”a Al se le lenguó la traba, jajaja claro que todo era parte del número.
Cuando llegó el hombre que todas esperábamos Jaime López. ¡Ahh cabrón! Segundo momento vibroso de la noche cuando empezó a tocar la armónica.
Y así a las ocho cuarenta y cinco de la noche, un Metropólitan algo lerdo despedía a mis adorados. Y ahí terminó el día uno.
Durante el intermedio seguí como loquita a buscando a Dios, digo, la esperanza... esas bobas esperanzas... pero por ningún lado aparecía, vi por ahí a Ramses y luego me contaron que también vieron a Francisco Sotelo de Cabezas de Cera y Los Dorados, que tocarán en el ciclo de Contemporánea pero en versión seis el próximo octubre, igual pululaban por ahí.
La incertidumbre aumentaba, las luces se apagaron, el presentador salió. Iniciaba otro día.
Domingo 9 de Septiembre de 2007 (2)
Él día empezó a las nueve de la noche. En medio de aplausos llegaron los tres, él hecho una enorme sonrisa, ellos con toda su juventud e ímpetu. Él acomodó su ventilador y a la cuenta, todo empezó.
Era Adrian Belew frente a mí. Así que imagínenme: gato tirando baba como perro, (me agarro feo el síndrome del fans) no podía creer lo que escuchaba, la energía se apoderó de mí, fui su presa, mis piernas seguían el ritmo de una prodigiosa base musical creada con el bajo y la batería de los hermanos Julie y Erick Slick y esa inmaculada guitarra que penetró... por mis venas.
Entendí qué es un Power trío. Graaan lección.
Tocaron algunas canciones de King Crimson y varias más de los exitosos discos solistas de Belew.
Saben? El tiempo no pasaba, la música, a un volumen muy alto, nos atravesaba, ¿entienden eso? Nuestras partículas eran envueltas por esa música y pasaba a través de nosotros. NOS TRASPASABA.
El momento del éxtasis total fue cuando, adivinando lo que queríamos escuchar, tocó esa canción que yo había estado escuchando una y otra vez durante las semanas anteriores:
Brinqué? No sé...
Cuando me di cuenta mi voz ya era una con la de los otras almas que estaban ahí.
Sheeeeeeeeeeee is susceptibleeeeeeeeeeeeee
Heeeeee is imposibleeeeeeeeee
They have a cross to shareeeeeeeeee....
Fue la locura, el deseo cumplido. La satisfacción de la excitación previa. El asomo del Rey Carmesí.
Les voy a hacer una confesión que seguramente agradecerá todo el personal: los sonidos de una guitarra me excitan, me aceleran, producen reacciones químicas en mi cuerpo, reacciones orgásmicas, así sin tocarme, porque se meten, transitan en mis venas.
Sí, fueron múltiples.