Mmm, sí lo hice de nuevo. Le mandé un mensaje. ¿Por qué? pues me gusta mandar mensajes. A mi favor tengo que decir que reclamaba algo que me dijo que me iba traer. En realidad le dije que me lo trajera. Sí, no es más que una cadena de pretextos. ¿Para qué? Para nada. Hay cosas que dejándolas tranquilas regodeándose en la nada irán tan bien.
Soñé algo terrible que tengo que contar. Sobre todo para que no se haga realidad. Fue sobre ese señor tan admirado por mí, no el señor que canta, aunque este también canta, pero no ÉL. De esas cosas que uno sueña porque obviamente lo trae en el inconsciente como bien lo explico Beakman hace tantos años. Como empiezo a buscar casa, sueño con casas.
Esta era una casa colonial enorme de esas con muchas habitaciones dispuestas laberínticamente, y con una escalera como las que salían en las casas nais de las pelis de Pedro Infante. Una casa como la que el gato y yo tendremos cuando llegue el momento del Plan B. Valga decirlo, estaba soñando en sepia.
El señor tan admirado estaba tocando con una banda, no estaba al frente como siempre sino en el extremo derecho. La banda tocaba algo muy olvidable porque ya lo olvidé. Yo me movía en las habitaciones porque más bien la casa era un centro cultural o algo así. En los otros cuartos había personas haciendo cosas, en uno de ellos miraban una película. Ahí estaba Re con uno de sus quelites, que se ponía aún más verde cuando me veía. (Algunos quelites y exquelites de Re tienen problemas conmigo. Emocionalmente no se han quitado el uniforme de secundaria. Sí no es muy selectivo.) Seguía mi recorrido hasta el sótano. Y me daba miedo estar ahí. Regresaba y veía los dramas quelitezcos y empezaba a correr, tenía el presentimiento de que debía regresar hasta el principio. Al llegar ahí, veía al señor tan admirado, que yo sabía que era él pero ahora tenía un aspecto extraño y diferente, me miraba y gritaba un nombre de mujer antes de desplomarse. No, no fue Jenny, ni Lila ni Sussie. Fue Concha. Yo me quedaba paralizada, sin poder hacer nada y todo se esfumaba. Paralizada como ahora, que me doy cuenta que Concha, es el nombre de la esposa del señor que canta, sí, de ÉL.
Hoy volví a soñar con casas, una casa en la que vivían un gato y un conejo. Yo llegaba una noche y ellas me daban una habitación. Pero había una realidad paralela a ese sueño, una donde yo vivía en esa casa con una familia muy diferente de la que tengo. En ese momento la casa se volvía sucia y derruida, con una cocina nauseabunda en la que veía a los insectos proliferar en la inmundicia. Luego esa familia se esfumó y regresaron el gato y el conejo, pero la casa seguía sucia. Cada una tomaba una habitación y yo elegía la más derruida donde había visto una serpiente verde fosforescente que ellas no veían. La serpiente estaba por fuera de la casa pero yo la veía brillando a través de las paredes, intentaba colarse por un hueco y yo la detenía así con mi pura fuerza de voluntad (si, no debo leer cómics antes de dormir). La serpiente desistía y se marchaba, yo me quedaba vigilando que no volviera.
Tal vez sea que hemos platicado de la posibilidad de vivir dos gatos y un conejo y que estuve viendo fotos suyas en el Flickr.
Tal vez sea que el post quinientos necesitaba ese toque tan extraño que ya no tenía este blog pero que ya vuelve a tener. Tal vez me hace daño dormir. No sé.
Hace frío, me siento melancólica y siento que no hay nada más importante que sentir esta melancolía. Que finalmente haya tenido el valor de leer a Nietszche tiene tantito que ver.
Hace frío y pienso recurrentemente en la no contestación a un mensaje y las muchas formas de entenderse, unas menos paranoicas que otras.
Haré lo que he hecho últimamente en los días nublados y melancólicos, escuchar Chelsea una y otra vez y pensar que tal vez cuando las cosas sean diferentes…
I never had light in my eyes anyway...
update
Y llegó un mensaje, uno que era muchísimo más esperado, que nomás con ver de quién era, me h-i-zo el día.
3 comentarios:
LU, me encanta el nuevo aspecto de tu blog!
y te recomendaría no leer a Nietszche antes de dormir, jijiji!!
:D
Leer a Friedrich deja más lecciones de las que uno pueda llegar a entender y/o recapacitar.
Y por cierto, por si no has leido "Cómo se llega a ser lo que se es. Ecce homo" es una muy buena opción.
PS. ¡Increible el update! Y más tus ex-pre-si-o-ne-s
noise,
en realida leía Ranmaymedio antes de dormir,ja
brenner
eso mesmo dice el, con lo de que es un escritor de altura, lo bueno es que yo le hago muy bien al alpinismo
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