lunes, 11 de mayo de 2009

Traumas de la niñez

Necesitaba conejillos de indias para una encuesta de HUEVA en mi curso. Así que me agarré al tatujánter. Rejego como siempre, le puse sus estatequieto y comenzo a contestar, pero de pronto:





~gato se revuelca de risa en el piso, pero bajito para no despertar a las rumis~

1 comentario:

Cazador de Tatuajes dijo...

Si, si, mucha risa pero no te imaginas la angustia mental que causa tener la certeza - a los siete años - que quien detentaba un poder casi absoluto sobre ti era una pendeja redomada.

Y como ya dije en tuiter, el trauma se agravó cuando años después leí en una historieta del Santos la misma pregunta pendeja. Me convulsioné dos horas.