domingo, 11 de noviembre de 2007

home sweet home

Ya estoy de nuevo en el Df, bueno llegué el viernes por la noche. Les aseguro que cuidé sus impuestos como si fueran mi propio dinero, hasta me sobró. Sólo espero que los ojetes de Secretaría de la ex Águila Mocha, no me reduzcan la asignación que de viáticos, que de por sí es baja, por haber gastado tan poco esta vez. Si no, ni madres que vuelvo a salir.

Esta vez fuimos afortunadas porque no teníamos que pagar taxis para ir a la sede del curso, todo estaba en el mismo hotel y hasta nos invitaban la comida y cena, básicamente porque en toooda la ciudad sólo había un pinche Vips y estaba algo lejos.

Chilpancingo entra en mi categoria de "ciudades que puedo atravezar caminando en un día." Así de chiquita es. No parece una capital de estado. Además, en lo poco que pude recorrer, fue bien difícil encontrar artesanías o recuerditos que traer. El comercio en esa ciudad ha dejado de lado casi por completo ese tipo de mercancías.

En otro orden de las cosas, me fue medio bien. La neta no puedo decir que fue una gran experiencia, fue desgastante.

El problema se generó por la falta de comunicación. Los jefes de enseñanza pensaron que les llevabamos la segunda parte del curso que habían recibido el año anterior. En ningún momento les pasaron la información de los materiales que les solicitábamos para el trabajo. Además siguen acostumbrados a que les vayan a dictar cátedra, cuando lo que se había planteado era un intercambio de experiencias para actualizar y adecuar los contenidos y actividades. Su participación en este sentido fue casi nula.

Me cansé de decirles que es imposible hacer una definición del amor, que para educar en género se necesita cambiar las propias actitudes. Eso fue bien frustrante. Piensan que para ser buenos capacitadores de maestros nomás les tienen que dar puros conceptos y explicarles bien los temas. Qué gran mamada.

Fueron tan pocos los que entendieron ese mensaje...

Una gran parte de ellos renegó hasta el cansancio cuando se les pidió como trabajo final planear una serie de acciones de capacitación para ellos mismos. Querían que les diéramos recetas y luego llegar a aplicarlas.

Lo peor fue cuando les preguntamos, qué actividades de las que habíamos elaborado para el manual del capacitador, no habían podido aplicar o había sido necesario adecuar o habían tenido que sustituir definitivamente porque no les servía y el por qué de eso. Al parecer ese trabajo de dos años y medio se lo pasaron por el arco del triunfo, pues la gran mayoría sólo usaba el libro de contenidos básicos.
¡Y pensaban que ahora sí les llevaríamos las estrategias!

La razón que dieron fue francamente estúpida: El curso está planeado para cuarenta horas y como ellos solo conseguían entre 20 o 30. Pues no utilizaban casi nada de la guía.

pfffffffffffffffffffffffffffffffffffffffff

Pero saben qué fue lo peor de lo peor, que aunque me disfracé de vendedora de seguros, les sigue pareciendo inconcebible que una persona con la mitad de años que ellos les pueda enseñar algo.

Tal vez si les hubiera restregado en la cara que mi nombre está en sus materiales de trabajo hubieran tenido otra perspectiva. Pero, para qué... bahh.

Hubieran visto la cara que pusieron cuando les pedí que pusieran sus celulares en silencio y que le dieran el debido respeto a quien tenía la palabra (se la pasaban cuchicheando en las intervenciones de los demás.) Uno de ellos hasta llegó a decir que si ellos no guardaban silencio era porque nosotras no hacíamos bien nuestra chamba... ¿?

(eso me pasa por pensar que el trabajo con adultos es más sencillo que con adolescentes... extraño a mis alumnas, snif)

Pero afortunadamente para ese estado y para los maestros y alumnos de ese lugar, hay grandes líderes. Esos líderes entendieron el propósito de lo que pedíamos y lograron la unidad y el acuerdo para iniciar un trayecto de capacitación que quedó definido y aceptado por las academias de todas las modalidades de secundarias.

Eso fue un ENORME logro.

Algo que me impactó, fue que cada que yo les recomendaba un libro para trabajar, sólo unos cuantos lo anotaban. Por ejemplo les comente que con "Quería los pantalones" de Lara Cardella, podrían trabajar cuestiones de género, y saben quienes lo anotaron. Sí, solo las mujeres. Que además eran bien poquitas, se organizaban aparte y casi no participaban.

Fue difícil, dormí poco, tenía nauseas continuas por el estress, aún no puedo decir que valió la pena. Lo que sigue es lo más importante. El trabajo que ya depende de ellos únicamente.


Pero lo más frustrante de todo no me van a creer que fue:



Llegar todas las noches sola a esta habitación con esas cadenitas que pudieron servir para taaaaaaantas cosas.......

jajajajajajajajajajajajajaja

5 comentarios:

Anónimo dijo...

jojojo seeee aparte de ser esas cadenas un exclente detector de sismos, viendo esa foto se me ocurren un chingo de sabrosas cosas jojojo

Anónimo dijo...

te imaginas.... yujus!!

Anónimo dijo...

Que mal que el curso no fue lo que esperabas, pero aun así creo que valen la pena esas vivencias. Y en cuanto a las cadenas......me gustó más los muebles, jajajaja

Anónimo dijo...

Y a estas horas se me ocurre cada cosa...

Anónimo dijo...

uyy cadenitas...
chale que mal lo del curso, neta, es frustante que si los maestros no entienden que se debe cambiar la forma en que se recibe la información es totalmente imposible que las cosas cambien..
si algun dia quieres visitar otra de "esas ciudades que puedes atravezar en un dia a pie" ya sabes a donde caerle..jejejej
saludios