domingo, 11 de febrero de 2007

Sabes por qué me ocupo tanto de las palabras, del lenguaje...
porque sin lugar a dudas lo considero el más grande poder que tenemos...
Con una palabra se puede crear, pero también destruir.

Cuando las usamos, ponemos mucho de lo que somos, de lo que pensamos, revelamos lo que está muy en el fondo. Lo esencial.
Y podemos crear grandes cosas, plazmar una idea esquiva, exponer una situacion real, miles de cosas... podemos llegar a inspirar a los demás.
A veces las usamos pensando que nos traerán fama y gloria, que llamaremos la atención, que nos veremos bien "cool".
pero no nos damos cuenta que las palabras son de doble filo, que tienen millones de interpretaciones, millones de significados...

Sí, sobre todo con los significados es con lo que perdemos el control, porque eso es lo que no depende de nosotros, los que las ponemos sobre la mesa.

Por eso, por los significados es que te das cuenta que las cosas no son como las pensabas, y una palabra puede demolerte.

Y eso duele.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

totalmente de acuerdo... la palabra es el arma más peligrosa...

ánimo! abrazotes

Anónimo dijo...

"Además de los misterios
qué otra cosa nos queda ya
si después de las palabras
empieza otra realidad."

Cuidado con los equívocos, cuidado; que las palabras sólo son una forma de asir al mundo, nada más. La vida empieza donde éstas terminan, con visceversa si así lo quieres.

Anónimo dijo...

Aqui en los blogs rescatamos algo de eso, la capacidad de expresarnos y leer como nos entienden otras opiniones.

Demuelen... Ej. cuando ella me dijo: "no tengo tiempo para perder contigo"

Eso aun duele

Anónimo dijo...

i,
no por nada julio...

carlo

no sabes cómo tus palabras pudieron apaciguar a la fiera, cuánto. gracias


Pater
y seguira doliendo... cada vez menos, pero dolor es dolor.

Anónimo dijo...

"La herida que es causada por la lengua es incurable...
Una palabra, dicha a su debido tiempo es como una manzana de oro en charola de plata"


-- Del libro de los días, de Fernando Delgadillo