miércoles, 24 de mayo de 2006

Gatarsis

Todos los gatos son hijos de perra. Sobre todo las gatas. Entran y salen a su antojo, no se pueden domesticar y sienten debilidad por los espejos estrellados.

Se alimentan de rosas, desprecian las sinfonías de Haydn, afilan uñas entre labios menores y orinan zapatos ortopédicos.

He conocido gatos que odian la carne de pescado pero duermen al sol, durante horas, dentro de una pecera.

Son infieles por naturaleza. Su principal ocupación, en noches despejadas, es arañar el rostro de la luna.

Si un gato vomita cuando te internas en su territorio, indica que tu signo del zodiaco no es afín al suyo, o bien, que no ha probado leche de mujer ni tinta china.

Los gatos se divierten reventando globos.
Las gatas prefieren los condones.

Si castras a un gato, se convierte en cantante de ópera.
Si azotas a una gata, se convierte en tu sombra.

Los gatos negros son de mala suerte. Los blancos, amarillos, grises o pardos, también.

Resisten atropellamientos, tijeretazos, puntapiés, venenos para ratas, caídas de rascacielos.
Lo infalible es meterlos en un costal, colgarlos de un árbol y apedrearlos.

Francisco Hernández

4 comentarios:

Anónimo dijo...

ese poema es tan hermoso, que en su honor así le puse (Gatarsis) a una columna que tenía en un periódico... aunque mi favorito de Francisco Hdez. es La gata...

Gatarsis es un poema que maneja una línea metafórica bellísima, una forma de mirar la triste realidad con lupa rosa. me cae que visto desde esta perspectiva, no hay duda... soy un gato... o más bien, una gata.

Anónimo dijo...

Pues sí, anoche Francisco Hernández acompañó mi insomnio... y la gata me encanta, me dio risa encontrar que el verso 17 es el final de un cuento que escribí hace poco. ja. coincidencias, porque no le robe su ideaaaa ehhhh...

pues yo soy las dos cosas, gato casí todo el tiempo y gata cuando ando en celo miau....

Anónimo dijo...

sí, esas coincidencias suelen darse... la primera vez que lo leí me fascinó encontrar mi "nombre" entre sus líneas, y más aún que se refiriera a un gato... coincidencias.

Anónimo dijo...

Vaya, que buen texto!

Yo también andaba rondando lunas y tejados y de pronto caí aquí, a cuatro patas, quedan ocho vidas, menos mal.

Saludos, espero no te molesten los maullidos a media noche por que me andaré dando mis vueltas. Buen Blog.