esperaste pacientemente a que estuviera libre, a que me decidiera. por eso te respeto. me enseñaste algo por lo que jamás te agradecí, un don: el desprendimiento.
las experiencias derivadas de todo esto me dieron la estabilidad que tanto necesitaba. me enseñaste, sin saberlo, que el respeto y la sinceridad son también una puerta al placer, una más segura que el amor.
ese ha sido y será el fundamento principal de la estructura, en la cual fuiste el primero, el más recurrido, en el que deposité toda mi confianza.
por eso, desprenderme de ti, ha sido fácil. no hay más.
has explicado tus razones y refrendado el respeto que te tengo.
te deseo que seas feliz. te lo mereces
gracias a ti también, por todo.
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