Preludio
¿Cómo meto la voz de Rita Guerrero en un adverbio? ¿O su belleza, o su presencia? Es prácticamente imposible, además por cuestiones de horarios, sólo pude llegar a la mitad de la presentación que Ensamble Galileo dio el jueves pasado en la Casa Talavera. Pero eso no importó gran cosa, lo importante fue que pude volver a disfrutar de la voz de Rita, quien con una sonrisa por bandera, deleito a la multitud congregada en dicho centro cultural. Ahí me encontré con Eliza, Skantor, Manolo y Montse, quien al igual que yo, quedaron completamente embelesados con el espectáculo. Sobra decir que me erize, me azoté, sobre todo con la pieza que más me gusta de Ensamble: La Rosa enflorece.
Una total delicia que por la que valió la pena el haber tenido que caminar entre los vendedores ambulantes del centro.
Realmente fue una crueldad que estas fechas coincidieran, me hubiera gustado en ese momento irme a casa con Rita pegada en los oídos, ni siquiera hubo tiempo de acercarse a saludarla, teníamos que llegar a otro punto de la ciudad, en menos de una hora. La visita al Ruta 61 tenía más de una razón de ser, además de disfrutar junto a mis amigos el concierto de LABA/Fractales, conocería personalmente a un inusual personaje: Agustín Aguilar Tagle, crítico,
escritor, melómano y bohemio empedernido.
Llegamos al Ruta y tal como si nos fueran a recibir (ahh, que bonitas son las ilusiones) nos encontramos a Alex Otaola y Chema Arreola en la entrada, quienes se fueron luego de repartir saludos y abrazos. Adentro estaba ya el Cazador de Tatuajes quien ni tardo ni perezoso me dijo que ya había babeado el set list y que no me hiciera ilusiones. En el escenario Alonso ponía todo en orden y luego de que se desocupara pude saludarlo, al igual que Vicente y a Jaime López (que bonito es llegar, ver a Jaime López, decirle: Jaime! Abrazarlo y saludarlo de beso, aunque no tenga la menor idea de quién soy, jajaja), luego de instalarme, el Cazador de Tatuajes me acompañó al Olimpo (la parte superior del Ruta) donde platicamos muy a gusto con Agus, quien para mayores referencias tiene a bien ser el autor del un blog linkeado aquí como La biblia del blues y quien escribió una nota impresionante sobre Música horizontal, que de entre todo lo que se ha escrito hasta el momento sobre el disco, es lo más cercano a la realidad que puede escucharse en él. El encuentro fue muy agradable, pues Agus es todo un caballero, y siento que ya lo quiero más que ayer, porque me dijo que me veo más joven en persona que en foto, jaja. Momentos después le entregué una nueva copia de Música Horizontal y entonces nos presentó a Octavio Herrero, guitarrista experimentado que posteriormente subiría a echarse un palomazo. Aunque me quedé esperando que al final del conciertazo, Agus bajara del Olimpo a decir salud! con los mortales, jajaja.
Poco antes de que empezara la música, pedí mi consabido absoluttangerinecondoshielosaguaquinarodajadelimónagitadorazulyunpocodeaguanatural.
Lo malo fue que ni el agitador era azul ni llegó nunca el agua natural, pero eso no me impidió decir salud! Mientras esperaba ansiosa que la selección holandesa tomara sus puestos en el escenario (Alex, Gerry, Chema y Alonso llevaban unas remeras naranjas, Al llevaba el brazalete de capitán, que después usaría Otaola al tocar los Fractales, de no ser porque se le olvidó).
Como ya lo escribió Eliza, Al fue el primero en subir, cuando sus manos se posaron en el marimbol, inmediatamente intuí cual sería la primera canción: Balada, luego de grabar unos sampleos con el marimbol, Al comenzó a tocar el bajo, y la voz de su abuelo retumbó en todo el recinto, como venida del más allá. En un minuto, ya me habían desbaratado por completo, ésta es por mucho, mi canción favorita, el señuelo perfecto para que con toda la velocidad de mis pies entrara sin dilación al laberinto. Se abrió entonces La tumba de Philidor.
Luego, con singular alegría Al empezó a afinar instrumentos que servirían para la siguiente canción, un pato de hule, una rana de barro, una bolsa de canicas y un gracioso silbato. Todo para La luz usa zapatos blancos, una canción especial por ser la que fue donada por los cibernautas y seguidores de La Barranca. Y luego vinieron unos acordes que reconocí al instante, La barba del loco, no sé por qué pero esa canción la relaciono justamente con Chema. En seguida se nos fue el piso, salieron las estrellas, encontramos al Yeti, volvimos a la infancia, y no sé los demás pero yo hasta bailé con Fred Astaire, la verdad, me volví a sentir ahí, en el fondo. Todo eso dentro de uno de los fractales del SEÑOR Otaola. Alguna vez ya había comentado que me encanta ver a Alex, cuando cierra los ojos, cuando con su voz hace los mismos sonidos que con la guitarra, y está vez, hasta lo vi derramar gotas de sudor mientras tocaba, Alex dio todo lo que en sus seis cuerdas existe que, tal como lo recordó el Cazador de tatuajes y tal como lo escribió Dios en alguna postal, y como la otra divinidad lo dejo para la posteridad, (Borges) "este juego es infinito".
Nuevamente con la alineación LABA, comenzó el segundo tiempo. Y las sensaciones empezaron a hacerse palpables, todo inició con un "Esto es lo que pasa cuando se juntan seis letras y una uva" entonces, Al inicio con ese hermoso solo que es Seis letras, y luego llamó a Octavio Herrero y a Luis Tovar, quien, nerviosamente, leyó un texto mientras el primero se discutía en la guitarra, nada más y nada menos que con Feteasca Neagra, que es la rola trece, no la ocho. (esta canción lleva el nombre de un vino rumano, y por supuesto, no podría ser otra más que la creada junto a José Manuel Aguilera) La mera verdad, esa combinación, me movió, me pegó duro y unas lágrimas traicioneras surcaron mis mejillas. El texto de Luis Tovar era de un paralelismo doloroso. Pero por alguna razón tuve que frenar un impulso, sentí que de nada habría servido voltear, esas lágrimas fueron sólo mías y de la servilleta que se las tragó.
Luego llegó Talando insomnio, en la que Alex y Gerry se lucieron con el trabalengüitas ese que yo en la vida podré decir. Alonso llamó a Jaime López y entre vítores y aplausos, Jaime nos sacó la enésima carcajada de la noche, con el otro peculiar trabalenguas, Zizou. Con los siguientes acordes, estiré mi cuerpecito lo más que pude, pues iniciaba Caballero de los leones, la preferida de Eliza, pero no la pude ver. Luego de que le hacían como que se iban, y nosotros como que no se iban, subieron a tocar otro Fractal y Clarasolelpino, risas, risas y más risas, sobre todo con las ocurrencias timbiricheras del menor de los Arreola.
Una vez que fue necesario abrir los ojos y llegar al final del trance, que no a la salida del laberinto, pude saludar a Marión y me confirmó, para mi tranquilidad, que no soy el único perro pavloviano (recuerdo sus platillos y salivo). También me pude tomar foto con ella y Al y otra con Chema, fotos que no he podido ver porque el Cazador de tatuajes, dueño de la cámara, nomás subió las suyas a flickr. No me queda nada más que decir, que aunque el mundo se caliente, se acabe el amor, las certezas y todo equilibrio, hay ciertas cosas que nunca van a cambiar y entre esas están el eterno Río Mixcoac y el sabor del Absolut en la boca.
¿Cómo meto la voz de Rita Guerrero en un adverbio? ¿O su belleza, o su presencia? Es prácticamente imposible, además por cuestiones de horarios, sólo pude llegar a la mitad de la presentación que Ensamble Galileo dio el jueves pasado en la Casa Talavera. Pero eso no importó gran cosa, lo importante fue que pude volver a disfrutar de la voz de Rita, quien con una sonrisa por bandera, deleito a la multitud congregada en dicho centro cultural. Ahí me encontré con Eliza, Skantor, Manolo y Montse, quien al igual que yo, quedaron completamente embelesados con el espectáculo. Sobra decir que me erize, me azoté, sobre todo con la pieza que más me gusta de Ensamble: La Rosa enflorece.
Una total delicia que por la que valió la pena el haber tenido que caminar entre los vendedores ambulantes del centro.
Realmente fue una crueldad que estas fechas coincidieran, me hubiera gustado en ese momento irme a casa con Rita pegada en los oídos, ni siquiera hubo tiempo de acercarse a saludarla, teníamos que llegar a otro punto de la ciudad, en menos de una hora. La visita al Ruta 61 tenía más de una razón de ser, además de disfrutar junto a mis amigos el concierto de LABA/Fractales, conocería personalmente a un inusual personaje: Agustín Aguilar Tagle, crítico,
escritor, melómano y bohemio empedernido.
Llegamos al Ruta y tal como si nos fueran a recibir (ahh, que bonitas son las ilusiones) nos encontramos a Alex Otaola y Chema Arreola en la entrada, quienes se fueron luego de repartir saludos y abrazos. Adentro estaba ya el Cazador de Tatuajes quien ni tardo ni perezoso me dijo que ya había babeado el set list y que no me hiciera ilusiones. En el escenario Alonso ponía todo en orden y luego de que se desocupara pude saludarlo, al igual que Vicente y a Jaime López (que bonito es llegar, ver a Jaime López, decirle: Jaime! Abrazarlo y saludarlo de beso, aunque no tenga la menor idea de quién soy, jajaja), luego de instalarme, el Cazador de Tatuajes me acompañó al Olimpo (la parte superior del Ruta) donde platicamos muy a gusto con Agus, quien para mayores referencias tiene a bien ser el autor del un blog linkeado aquí como La biblia del blues y quien escribió una nota impresionante sobre Música horizontal, que de entre todo lo que se ha escrito hasta el momento sobre el disco, es lo más cercano a la realidad que puede escucharse en él. El encuentro fue muy agradable, pues Agus es todo un caballero, y siento que ya lo quiero más que ayer, porque me dijo que me veo más joven en persona que en foto, jaja. Momentos después le entregué una nueva copia de Música Horizontal y entonces nos presentó a Octavio Herrero, guitarrista experimentado que posteriormente subiría a echarse un palomazo. Aunque me quedé esperando que al final del conciertazo, Agus bajara del Olimpo a decir salud! con los mortales, jajaja.
Poco antes de que empezara la música, pedí mi consabido absoluttangerinecondoshielosaguaquinarodajadelimónagitadorazulyunpocodeaguanatural.
Lo malo fue que ni el agitador era azul ni llegó nunca el agua natural, pero eso no me impidió decir salud! Mientras esperaba ansiosa que la selección holandesa tomara sus puestos en el escenario (Alex, Gerry, Chema y Alonso llevaban unas remeras naranjas, Al llevaba el brazalete de capitán, que después usaría Otaola al tocar los Fractales, de no ser porque se le olvidó).
Como ya lo escribió Eliza, Al fue el primero en subir, cuando sus manos se posaron en el marimbol, inmediatamente intuí cual sería la primera canción: Balada, luego de grabar unos sampleos con el marimbol, Al comenzó a tocar el bajo, y la voz de su abuelo retumbó en todo el recinto, como venida del más allá. En un minuto, ya me habían desbaratado por completo, ésta es por mucho, mi canción favorita, el señuelo perfecto para que con toda la velocidad de mis pies entrara sin dilación al laberinto. Se abrió entonces La tumba de Philidor.
Luego, con singular alegría Al empezó a afinar instrumentos que servirían para la siguiente canción, un pato de hule, una rana de barro, una bolsa de canicas y un gracioso silbato. Todo para La luz usa zapatos blancos, una canción especial por ser la que fue donada por los cibernautas y seguidores de La Barranca. Y luego vinieron unos acordes que reconocí al instante, La barba del loco, no sé por qué pero esa canción la relaciono justamente con Chema. En seguida se nos fue el piso, salieron las estrellas, encontramos al Yeti, volvimos a la infancia, y no sé los demás pero yo hasta bailé con Fred Astaire, la verdad, me volví a sentir ahí, en el fondo. Todo eso dentro de uno de los fractales del SEÑOR Otaola. Alguna vez ya había comentado que me encanta ver a Alex, cuando cierra los ojos, cuando con su voz hace los mismos sonidos que con la guitarra, y está vez, hasta lo vi derramar gotas de sudor mientras tocaba, Alex dio todo lo que en sus seis cuerdas existe que, tal como lo recordó el Cazador de tatuajes y tal como lo escribió Dios en alguna postal, y como la otra divinidad lo dejo para la posteridad, (Borges) "este juego es infinito".
Nuevamente con la alineación LABA, comenzó el segundo tiempo. Y las sensaciones empezaron a hacerse palpables, todo inició con un "Esto es lo que pasa cuando se juntan seis letras y una uva" entonces, Al inicio con ese hermoso solo que es Seis letras, y luego llamó a Octavio Herrero y a Luis Tovar, quien, nerviosamente, leyó un texto mientras el primero se discutía en la guitarra, nada más y nada menos que con Feteasca Neagra, que es la rola trece, no la ocho. (esta canción lleva el nombre de un vino rumano, y por supuesto, no podría ser otra más que la creada junto a José Manuel Aguilera) La mera verdad, esa combinación, me movió, me pegó duro y unas lágrimas traicioneras surcaron mis mejillas. El texto de Luis Tovar era de un paralelismo doloroso. Pero por alguna razón tuve que frenar un impulso, sentí que de nada habría servido voltear, esas lágrimas fueron sólo mías y de la servilleta que se las tragó.
Luego llegó Talando insomnio, en la que Alex y Gerry se lucieron con el trabalengüitas ese que yo en la vida podré decir. Alonso llamó a Jaime López y entre vítores y aplausos, Jaime nos sacó la enésima carcajada de la noche, con el otro peculiar trabalenguas, Zizou. Con los siguientes acordes, estiré mi cuerpecito lo más que pude, pues iniciaba Caballero de los leones, la preferida de Eliza, pero no la pude ver. Luego de que le hacían como que se iban, y nosotros como que no se iban, subieron a tocar otro Fractal y Clarasolelpino, risas, risas y más risas, sobre todo con las ocurrencias timbiricheras del menor de los Arreola.
Una vez que fue necesario abrir los ojos y llegar al final del trance, que no a la salida del laberinto, pude saludar a Marión y me confirmó, para mi tranquilidad, que no soy el único perro pavloviano (recuerdo sus platillos y salivo). También me pude tomar foto con ella y Al y otra con Chema, fotos que no he podido ver porque el Cazador de tatuajes, dueño de la cámara, nomás subió las suyas a flickr. No me queda nada más que decir, que aunque el mundo se caliente, se acabe el amor, las certezas y todo equilibrio, hay ciertas cosas que nunca van a cambiar y entre esas están el eterno Río Mixcoac y el sabor del Absolut en la boca.
11 comentarios:
No cabe duda de que no importa mucho el ángulo del que se vivan las cosas, porque provocan sensaciones y evocan emociones muy parecidas...
una gran reseña, saludos
PS extraño la voz de rita en vivo.
Uhhh, caray, yo no estaba aquí, digamos que estaba por las nubes, jar. Me quedé con las ganas, seguro habrá otra ocasión, diablos. ¿ no se la echó "Esto no es un perro?
Muy bien dicho Srita, aunque el mundo se caliente, hay cosas que nunca van a cambiar, gracias por compartir sus intimidades.
Saludotes desde aca.
Eliza
Así es, el sentimiento es uno solo....
Real
Pues ojalá pronto puedas escucharla,
Carlo
No toco Esto no es un perro, y si hay otra oportunidad, en el pasaguero...
Dulce Geisha
De nada, gracias por venir a leer
Estuvo muy bueno el concierto, muy buenas las reseñas, te mando saludos
Lilith:
Hola, se ve que estuvieron muy buenas las tocadas. No tenía noticias de Ensamble Galileo, menos de que Rita cantara Ahí, es excelente vocalista. Por ahora ando en un viaje por los setentas, pero ya llegaré a esta década, jejeje.
Por cierto, que suave que conociste a Agustín (¿te late MAMÁ-Z?).
Un beso y suerte.
leo y releo la reseña... perdón por no decir nada antes, pero estos días hasta poner un comment me resulta difícil
(nada particular, debe ser la falta de alcohol)
en fin... tengo que decirlo una vez más: tus reseñas me transportan, más allá del tiempo y el espacio
abrazosotes
Saludos Skantor!
Víctor,
jajaja, ese Agus me vaciló...
Pero ya tenemos combo de Mamá-Z!
No sabía de ellos pero entré a Jitanjáforas del fornicio y quedé encantada. Bendita Internet.
i
Sabes, hubo un momento en que me preocupé por anotar cosas que no quería dejar fuera, y entonces me di cuenta de que justo para eso escribo estas reseñas. Te extraño...
Te mando abrazotototes!
Tecleé "La tumba de Philidor" en un motor de búsqueda porque quería dar con el texto de Borges y me trajo aquí.
Yo no he escrito mi reseña de Toluca. Algo parecido, pero extraño. Tengo puntualidad inglesa y, al no saber como iba a estar el asunto, llegué a la hora que indicaba el volante. El recinto, vacío. Sólo la banda sentada, terminándose unos tacos. Platicamos un buen rato, una hora y media. Oí una media hora de música, tras un grupo que abrió y me tuve que ir. LA-LUZ-USA-ZAPATOS-BLANCOS. Descifré de que trata 6 letras, es decir, cuales son aquellas. Etc.
Nos leemos.
Beso tronado, Lilith.
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