mauuuuu...

En mi casa hay un gatito que mide 78 centímetros, pesa 13 kilos, y me ha dado 549 días de felicidad y de locura, aunque debieran ser más pues la locura empezó mucho antes de que naciera. Un viernes que me encontraba con los gatos de Ulthar en las luchas, tuve que salir corriendo de la arena y antes de la lucha de jaula (chale!) porque mi gatito estaba a punto de llegar al mundo.

Cuando llegue al hospital, su mami y él ya estaban adentro. De ahí siguieron dieciséis horas de angustia, ya que no sabíamos nada de ellos, ningún informe. Caminé como veinte kilómetros en un espacio de 35 metros cuadrados, devoré como cuarenta gansitos y terminé fumando un cigarro a la luz de las estrellas cuando yo ni fumo. También estuve a punto de tomar por asalto el área de maternidad.
Ahora es un gatito sano y revoltoso pero cuando nació su salud se vio muy afectada.

Todos los días cuando llego a casa, me recibe gustoso mientras para su trompita diciendo mauuuuu, mauuuuu... y juntos ronroneamos mientras nos saludamos y jugamos, le gusta bailar en mis brazos, jugar con pelotas de hule, dar vueltas y vueltas, correr en el patio, llenarse de tierra en el jardín y jugar con agua.
Quienes alguna noche se hayan topado conmigo en el messenger, y sin más hayan leído un renglón completamente incoherente habrán recibido un mensaje de ese gatito, ya que mi lap es un imán para él (aunque alguna vez le envió a Prometeo una ecuación matemática totalmente posible que por supuesto escribió como el burro flautista).
Como todos ustedes sabrán después de leer este renglón, el sábado es el bautizo de mi gatito.
Bautizar un gato es un sacrilegio se dirán los que saben qué es un sacrilegio. Una locura, se dirán todos los demás. Pero no.

Este gatito se llama Emi. Y es mi hijo pero yo no soy su mamá, en realidad soy su gato. Su tía gato.
Además, Emi también es un gato demonio con un ángel más grande que Nicolas Cage y Samuel L Jackson juntos. Es el alma de las fiestas, el consentido de la casa, del señor de la tienda, de los vecinos, de los doctores y enfermeras del centro de salud, del señor de los churros, del de las nieves, de los que venden barbacoa en el mercado, de todas las amigas de mi mamá... quienes lo quieren reservar para novio de sus nietas...
Emi baila a la menor provocación, pero rockea duro cuando escucha, por ejemplo, a LB, a Los tres, o a Botellita de Jerez, se ríe horrores con la canción Zizou del disco de Alonso y trata de imitar la voz de Jaime López.
Emi se come las whiskas de mi gata Kitsch cuando nadie lo ve. Además se duerme con Pink, Nicona y Gully, mis perritas. Tiene una especial atracción por los alambres oxidados que siempre logra involucrar en sus juegos. Adora jugar con una camioneta que poco a poco ha ido destartalando. También le gusta cantar en el karaoke y hasta en el baño. No le gusta irse a dormir si yo no he llegado, le encanta activar el localizador del teléfono inalámbrico, grabar nuevos saludos para la contestadora y borrar los mensajes que nadie ha escuchado. Le divierte hojear los catálogos de cualquier tipo y echarse piedritas en los zapatos. Adora sus bubble gummers blancos. Le choca ponerse gorro pero le encantan usar guantes o manoplas.
Desgraciadamente mi hermana y mi mamá lo hicieron adicto a la televisión y a su corta edad ya ha visto Amor en custodia, Amor sin condiciones, Campeones y Montecristo y por cierto adora la canción de las cortinillas de entrada y salida de esta telenovela. Pero no todo es tan malo, también le gusta Moko Yakamoto Toto, Fonda Susilla, 31 minutos y otros programas del once.

Como regalo de reyes eligió a un Topo Gigio que dice “No me quiero bañar, no,no,no,no!”. Todos los días escoge qué ropa ponerse y por supuesto AMA su minijersey de los Pumas.
Su primera palabra fue Cuco, su patito de hule. Gato fue la segunda. Papá la tercera y su favorita hasta hace unos días, porque ahora dice Mamá a diestra y siniestra, y la utiliza hábilmente para librarse de los regaños.

Ahora que ya sabe caminar, está aprendiendo a correr y a brincar. Su cabeza está llena de chipotes porque no está quieto ni un minuto. Aprendió a bajarse de la cama por absoluta necesidad. Además le gusta morderle la panza a la gente y hacerles cosquillas.
Para acomodarse para dormir, da vueltas y vueltas en la cama (y sobre quien se acueste junto a él) durante quince o veinte minutos. Y sólo concilia el sueño si escucha música tranquila como la de El fonógrafo y tiene su teta con chocomilk o atole. También le gusta acariciar las orejas de los otros para dormir.
Algunas de las grandes hazañas de Emi son:
Que yo regresara a vivir con mis papas
Devolverme la fe en la felicidad
Que mi hermana postiza Carmen y Bernardo, su esposo, se casaran por la iglesia para poder bautizarlo. Para lo cual tuvieron que ir durante más de un año al catecismo, platicas y retiros. Pues antes de casarse tenían que confirmarse ambos y él hacer la primera comunión.
Que mi papá se confesara y comulgara para ser el padrino de confirmación de Bernardo, después de más de 25 años de no hacerlo. (también pensé que se oscurecería el cielo y caerían rayos y centellas, pero no)
Hacer que me levante temprano los fines de semana (los sábados vemos juntos 31 minutos)
Esconder sus medicinas para no tener que tomarlas.
Aprender al pie de la letra sus clases de arte dramático que yo, su Gato Jedi le imparto, e interpretar a la perfección escenas como “Nadie me quiere”, “Cómo sufro”, “Ser bebé no deja” y “Yo nomás quiero a mi abuelito”. Además, ha adelantado prodigiosamente en sus clases de Manejo del control remoto, Como brincar en la cama sin caerse, Desenvoltura de dulces y chucherías, Play Station para principiantes, Cómo reconocer a un integrante de LB en una playera.

Y es un autodidacta en Cómo echar en el plato del de a lado lo que tú no te quieres comer sin que nadie se de cuenta, Trucos y marrullerías para que no te llenen la boca de comida, Instrucciones para subir una escalera, Cómo conectar un dvd sin instructivo, Cómo desmadrar un carrito en el microondas, Cómo poner cara de ternurita para que no te regañen y un largo etc.

Su misión en estos primeros años de vida es acabar con todos los adornos, figuritas y demás noñerías de mi casa.

Y por si no se han dado cuenta LO AMO CON TODA MI ALMA.

Emi a los 4 días de nacido

Emi a los cuatro meses

Emi a los seis meses

Emi a los ocho meses

Emi a los 12 meses

Emi a los 14 meses