Sensaciones hasta el full

Últimamente muchas cosas me han puesto de malas, como el hecho de que los pendejetes de Telmex, en lugar de activarme internet, me desconectaron la línea. Y llevan ya dos semanas haciéndose güeyes. Eso me pone de muy muy mal humor.

Pero también hay cosas que me han hecho feliz, como tener a Isis, mi nueva laptop, o ver a Santa Sabina en C.U. (super reseña de Lagartija aquí) o a Betsy Pecannins y Real de 14 en el monumento a la Revolución.

Pero también me preocupa el problema del descenso de los Pumas iban pian pianito hasta el juego con Santos.

Aunque mi panza sigue mal. No mejora. Un día duele y el otro no. Faja mala, no duermo. Si sigue así me tendré que olvidar de Izta y del Pico este año. Eso me pone muy, muy triste.

Significa también que no pude ir a la Marquesa a comer flores, mami dijo que gato loco panza mala no iba a brincotear como si nada en un pinche cerro empinado (se trataba de un ascenso hasta la ermita del Cerro de San Miguel, un lugar her-mo-so) y eso me puso maaal. Mi salud nunca me había obstaculizado nada. Pero en fin. Tendré que cuidarme.

Gato entonces fue al super, luego a fue a hablar con la gente de arriba, pero no tuvo tiempo de visitar la tumba del poeta.

Pero todo tenía una buena razón que me puso feliz, y era ver a mi Hoochie Coochie Man alias Mi patrocinador orgásmico alias mi gato negro aunque para ello tuviera que atravesar toda la ciudad.

Pero por causas del azar, el viaje fue mucho más largo y arriesgado, si la muerte hubiera tenido que ir a buscarme (Se acuerdan de aquella historia de Francisca y la Muerte?) No me encontraría ni en el super, ni en los cerros, ni disfrutando de las bondades del amor. Me encontraría en un café del sur en un examen de pedagogía.

La onda es que no sé si pasé. (no te hagas negrito, suelta la sopa)