Lo visible oculta lo invisible, por lo tanto seguiré buscando mi centro indestructible.
miércoles, 29 de julio de 2009
Gato en el Árbol
Anécdota de una mesa de cocina
La abuela tenía una mesa de cocina muy inusual. Era de piedra. Sí, ya saben “de piedra ha de ser la cama, de piedra la mesa de cocina” a huevo. La abuela decía que esa piedra estaba tan buena que le iba a servir de lápida cuando se muriera.
Si la mesa me hubiera intrigado lo suficiente, habría estudiado geología para saber con qué tipo de piedra está hecha, pero conformémonos con saber que es una piedra negra, de 120 x 70 y unos 12 centímetros de espesor. Está sostenida por un armazón de maderos muy gruesos e incluso tiene un anaquel en la parte inferior donde se guardan algunos trastos.
La abuela tenía sobre la mesa una olla de frijoles güeritos que siempre estaba llena, un molcajete y una licuadora Osterizer de 10 velocidades (oxidándose, pues ella usaba más el molcajete). Abajo, además de los trastos había también bolsas y cucuruchos de papel que contenían hierbas para hacer tés, distintos tipos de chiles y otras especias.
Mi primera imagen de la mesa es de hace unos 25 años. Mi abuela afilaba en la piedra un cuchillo, lo dejó sobre la mesa, se dirigió al patio de atrás donde tenía sus plantas y los corrales y regresó con una gallina. La puso en la mesa, le habló bonito, rezó algo, la tomó del pescuezo, se lo torció y tres segundos después la cabeza de la gallina pendía de la mesa. Luego hizo lo que ya han leído en mil novelas costumbristas, el agua caliente, la desplumada, la gallina colgada escurriendo sangre sobre un plato de peltre.
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martes, 28 de julio de 2009
Casa casi vacía, mente casi vacía...
Extraño a las personas de una forma un poco diferente.
A Emi lo extraño más que a nadie, cuando lo veo cada fin de semana, tan grandote y tan cabrón. Jugando a que es un T-Rex, un cazador de T-Rex, un cuidador de T-Rex, un buscador de bichos, un superhéroe. Siento que me pierdo momentos invaluables de su vida, pero es de alguna manera necesario, o caería definitivamente en su embrujo y sería una tía más consentidora de lo que ya soy. Lo extraño pero pienso en él mucho, más que en cualquier otra persona.
Ahora estaré extrañando a una GRAN amiga, la más cercana de estos últimos años, con quien rara vez he tenido una diferencia (excepto por el penoso incidente mac-pc afuera del Covadonga, y lo de Aguilera, y mi propensión a los patanes… ash bueno ya). La extraño porque no esta en la habitación de a lado, pero entiendo que era necesario el cambio, el movimiento para ella.
La casa estará vacía unos días, pues la otra roommate también se va.
Hace rato, involuntariamente cerré un ciclo, así como ayudé a mi roommate anterior a mudarse al que era su depa, hoy también la acompañé a ella mientras se muda nuevamente y también bastante lejos.
Lo cierto es que visitaré San Luis un día de estos y volveré a Querétaro pronto.
Pero viendo cómo todos a mi alrededor se mueven, me siento estática.
Estas últimas dos semanas, he andado en automático, con la mente vacía. Renegando por todo, odiando al mundo pero más que nada a los pitufos. Ya no quiero atraparlos aunque sea lo único que haga, quiero huir. Pero no es precisamente el mejor momento para hacerlo. Así que necesito mentalizarme, pensar que el viernes habremos alcanzado una excelente meta por la que he trabajado desde febrero y que en agosto se culmina otra, y en noviembre una más.
Necesito tiempo para regresar a mis cuentos, hay tantos flotando en el aire y los dejo irse a veces sin decirles hola siquiera.
Soy testigo de cómo mi mente se va vaciando.
¿Is there any body at home?
viernes, 3 de julio de 2009
Equilibrio
Mis tatuajes son una ecuación, una trama de significados con la que intento darle dirección a mi vida.
Leviatán es el caos antes de la creación, el inmenso caldo de cultivo que representa mis primeras décadas de vida, el que yo siempre haya sido una persona lejana a los conflictos no quita que en el fondo mi mapa mental sea un completo caos. Por un lado está esa particular condición, olvidar fácilmente. Cuando se trata de asuntos desagradables, puede ser una bendición, pero las más de las veces me deja una sensación de años de vacío que no puedo llenar con recuerdos. Por otro lado fue en mucho la indefinición, el estar confiada en que lo que voy necesitando me llega fácil y sin esfuerzo, siempre fui una niña que vivía en una burbuja, no una de comodidad pero sí una de protección y de un momento a otro me salí y enfrente de manera kamikaze muchos riesgos. Eso me hizo ser diferente, eso hace que la gente que me conoció en la adolescencia, no conciba lo que soy ahora.
Ollin Lo dice todo por sí mismo, llegó en un momento en que sabía que tenía que dejar la pasividad y el temor a enfrentarme a los desafíos de estar vivo, intentar sacudirse la mediocridad y retomar la vida independiente. El cambio a pesar de siempre ser excitante, me daba miedo y el miedo me paralizaba. Todavía sigo sintiendo miedo al cambio, pero al menos, ya no me detiene.
Ahora viene el equilibrio, el hecho de que me haga un tatuaje que lo represente no significa que será algo que pueda dar por hecho. Es simplemente el reflejo de una necesidad, un propósito que desde ahora marcará el rumbo.
¿Lo lograré?