Dos caras luminosas de la Luna
Los gatos fueron hechos para los viajes interestelares, no se asustan con los meteoritos y juegan con las colas de los cometas. Se saben el camino a todas partes porque, ni más ni menos, el universo es el lomo de un mítico gato negro, lo que los científicos explican como un Big Bang no es otra cosa que el mítico gato negro jugando con la bola de estambre primigenia. Yo soy una réplica en escala, una hija gato negro que jamás regresará a su planeta, que sin saber bien cómo, llegó aquí y fue seducida por un gran poder: la música.
Anoche la Luna vio su retrato, se vio siendo un camaleón y contempló también como miles y miles de personas la adoraban, cantaban desde lo más profundo de su alma para ella, y aunque sólo conocen uno de sus lados, le cantaban más bien al otro, al lado oscuro... porque obviamente somos seres oscuros. Y Ella puntual en la cita, salió a iluminar a sus fieles, mostrando su cara luminosa. Ese extraño rito es llevado por todo este mundo por un genio llamado Roger Waters. Sobre él, muchos mitos han surgido, yo solo puedo decir que Roger no es Pink Floyd, Roger es The Dark Side of the Moon. Es obvio también que la Luna y él tienen una especial conexión, no me pregunten por qué lo sé, son cosas de seres oscuros.
Los gatos negros también lloran, dejan caer pequeños diamantes que brillan sobre todo cuando recuerdan que son también un diamante loco, que nadie sabe qué tan lejos o cerca, que se dedican a brillar. A veces el gato negro también llora porque se da cuenta de lo inigualable que es estar en los brazos de quien ama, que ambos gatos están en los brazos de la música y que eso es un vínculo persistente más allá del tiempo y la materia.
Cómo no recordar los días en que tumbada en un sillón, con los ojos cerrados y en total oscuridad el LP se reproducía en el tornamesa, el CD se reproducía de corrido, sin embargo el LP tiene una carga emocional atemporal, insoldable... aunque esas notas se reproducen más bien desde la memoria, si existiera algo que nos conectara a la memoria de los gatos, en la mía se podría escuchar The Dark Side of the Moon con lujo de detalle...
Nacimos para vivir sólo unos instantes, momentos, puedes pasar años sin saber para qué momentos naciste, es solo ahí, ante la inminencia del momento, que entiendes la trascendencia, cuando se revela con toda su majestuosidad, cuando tu cuerpo mismo reacciona ante la energía del momento con incontenibles estremecimientos: naciste para ese cielo, esa luna y esos brazos.
KAFKA RULES, OK?
La pregunta de Roger fue: Where is my pig? mientras éste se elevaba por los aires hasta perderse de vista.
Actualización:
No les ha pasado que días después de un concierto se van acordado de cosas que en el momento de escribir no? (también ayudan las reseñas de otros blogueros, jajaja) Bueno he aquí una lista de cosas curiosas o relevantes en el concierto.
1. Llegamos temprano para tener buen lugar. Pasamos más de dos horas y media esperando a que empezara el concierto. No fuimos los primeros pero estábamos muy muy cerca, atracito de donde pasó el puerco.
2. El espectáculo visual que complementa a la música, es impresionante. En la pantalla central la imagen de una radio se fue haciendo poco a poco más nítida y luego un "alguien" cambiaba las estaciones: puro rock clásico fue lo que le "abrió" a Waters. Luego innúmerables imágenes se sucedían unas a otras, pero eso ya lo verán en el DVD del concierto, jajaja.
3. El gato se desquitó de las niñas bien que lo golpearon en Depeche, no dejando pasar a dos niñas bien cuyos amigos "estan allá adelante", pues Hay que llegar temprano, les dije. Sí, soy un gato callejero y peleonero. Bueno en realidad ya no había espacio y la dinámica era tranquila, en un concierto de punk todo habría sido diferente.
4. Qué voz la de las tres cantantes que acompañan a Waters, aquella que interpretó The Great Gig on the Sky, es excelsa, era como escuchar a la original.
5. Para el Encore, en el cual se tocarían rolas del The Wall, Roger, esforzandose por hablar en español, presentó a un grupo de niños de una asociación de ayuda, Rescate de la niñez o algo así, el grito del gato no se hizo esperar ¡Rescátame a mí!. Las camisetas de los niños decían "El miedo construye muros".
6. De todas las personas que sabía que estarían ahí, solo encontramos a una. Y eso es muy raro.
7. Yo quería que el puerco (el de plástico) cayera en mi casa.