Llevo seis o siete años leyendo, estudiando y tratando de aprender a qué se refiere la equidad de género.
He transitado de la ignorancia y la indiferencia a la incertidumbre, la indignación, el enojo; he pasado del activismo de escritorio a las propuestas tangibles (pues afortunadamente mi trabajo me lo permite) y aún no alcanzo a comprender la complejidad del tema, aún no me libro de la pseudoconcresión con respecto al lenguaje y conceptualización que se utiliza, porque es precisamente en el lenguaje donde se existen las situaciones más significativas con respecto a esas diferencias.
Me falta mucho por aprender, comprender y seguir leyendo. Pero creo que hay cosas que ya tengo claras. Una de ellas es que, el Día Internacional de la Mujer no es una celebración ni un motivo de felicitación. Es un recordatorio, un señalamiento de la inequidad, iniquidad, desigualdad y discriminación que existe en el trato que se da en lo público y en lo privado entre hombres y mujeres. No es una idea estúpida o absurda, porque señala algo que existe y es evidente.
Por supuesto, como en todo, existen matices y singularidades, no es la misma desigualdad o discriminación la que vive una mujer con formación académica y conciencia sobre el tema, que sin embargo, llega a ser discriminada en un trabajo donde se promueve y se paga más a los hombres, por las razones institucionales que sean, que la de una mujer indígena, que sabiendo o no que tiene derecho a ser tratada de forma igualitaria, no puede exigirlo. No es la misma situación la que viven esa mujer preparada y la mujer indígena en el ámbito familiar, ni sucede lo mismo con mujeres con esas características en un país como el nuestro o en un país como Guatemala o EUA. No es la misma situación la que vive una mujer africana que ha sido mutilada y cuyas hijas serán tratadas de la misma manera, o la de una mujer islámica, y así podemos seguir al infinito. Las formas de discriminación y desigualdad son diversas, intrincadas, sutiles y hasta inverosímiles. Existen a pesar de todo, son difíciles de comprender y solucionar y esa es la problemática.
Hay dos puntos que considero claves en esta cuestión: para llegar a la equidad son necesarios dos procesos, uno interno y otro externo. El interno es el empoderamiento, el saber que se tienen derechos y garantías y que es posible exigirlos. El externo, el de los otros, llámese sociedad o llámese Estado, se trata de que se reconozcan y garanticen esos derechos.
En esos dos procesos ha habido avances y retrocesos. Ahora tenemos una perspectiva diferente que la de las mujeres sufragistas que buscaban la igualdad ante la ley o de las mujeres que vivieron la revolución sexual en los sesentas y ejercían un derecho utilizando la píldora anticonceptiva, cosa que muchos y muchas de ustedes que leen este blog, pueden hacer si así lo desean, sin tener ningún problema o cuestionamiento. Esas mujeres iniciaron con una consigna y posteriormente otras consignas se han sumado. Como producto social, el feminismo ha ido construyéndose de particularidades y diferencias de posturas y opiniones. Es cambiante, es una expresión viva de una sociedad consciente.
Se puede decir que se está a favor o en contra, se puede decir que se le odia o que se adhiere, pues es derecho de todos pronunciarse o tomar postura. Pero hay que tener cuidado, porque el tema es resbaladizo, toda una casa de jabonero, un jabonero que gusta de los vericuetos del lenguaje, y que hace sentir seguro de que se sabe de lo que se habla por un momento, y al siguiente muestra una faceta que pone en duda toda certidumbre.
Por último, voy a pedirles atentamente que evitemos los facilismos, los lugares comunes y las ironías. Porque lo que hay que recordar ahora es que aún hay mujeres que mueren, que son golpeadas, que son humilladas y nulificadas por el hecho de haber nacido mujeres. Aún hay mujeres que son infelices y no pueden tomar decisiones sobre sus propias vidas.
Por ello, no me felicites por haber nacido mujer, porque es algo que no se elige.
No me felicites por haberme construido como mujer empoderada y dueña de su vida, porque tuve que hacerlo a costa de esta sociedad hipócrita y represora.
No me felicites por luchar por la igualdad y la equidad para mí y para todas las mujeres, porque es algo por lo que no debería estar luchado, debemos tener todo eso simplemente porque somos seres humanos.
9 comentarios:
Es simple, como lo mencionas: nada que festejar, y justo de eso es de lo que me burlo: las felicitaciones fáciles, el homenaje de "género" y ese tipo de cosas. Preferiría, con mucho, que se hablar del "día de la mujer trabajadora" dadas las circunstancias en las que surgió. Y no... tampoco creo que hubiese mucho que festejar. Pero sería más congruente.
Yo también creo que más que un día de festejo, es un día para reflexionar la situación en la que viven las mujeres.
Sin irnos hasta Africa; simplemente a nuestro alrededor tenemos tantisimos casos: nuestras mujeres de Ciudad Juarez, de las sierras, las madres solteras, todas aquellas que enfrentan problemas más fuertes de discriminación de género. ¿Que estamos haciendo por ellas?
Más que ir a darles flores hay que preguntarnos... ¿que estamos haciendo como sociedad para evitar que sigan existiendo injusticias?
El hecho de que exista un día de la mujer es signo inequívoco de que estamos lejos de ese ideal de igualdad al que se refiere.
Y así como la historia de la mujer refleja las carencias sociales de libertad es tan solo un ejemplo más de lo inadequado que aún es el mundo en cuanto a derechos y equidad.
Kyuutz
Coincido en tu punto sobre la congruencia.
Valium,
Tienes toda la razón, dentro de nuestro propio país hay demasiada desigualdad e injusticia, ejemplos muy dolorosos.
Fede,
Es necesario sensibilizar y continuar trabajando para que no sea sólo un ideal de igualdad, sino que sea un derecho efectivo.
Gracias a todos por leer.
buen post. pero falta discutir acerca de cómo las prácticas socioculturales construyen a la mujer. cómo poder interiorizar el género en mujeres que son fieles religiosas? sean católicas, musulmanas o lo que sea... es también una decisión de vida, una historia cultural que les enseña a ser mujeres y que es difícil eliminar...
gran post.
Gran post. Este escrito debería estar en periódicos y Webs
SALUDOS!
Señorita... La felicito, por su excelente post. Yo igual que los arriba firmantes, creo que no tenemos nada que celebrar. Pero si mucho que recordar.
Y bueno, el punto de tazy sobre las mujeres fieles religiosas de cualquier credo o secta también tienen que ver. Por otro lado la igualdad de género comienza en casa, con un varón que ayuda en el quehacer de la casa sin que se le diga niñita (o como se nos decía en casa, no se le caen los huevitos mijo por barrer o trapear). Sin hacer a las nenas "pinchesas" delicaditas que no pueden levantar un dedo si no es para cocinar. En pocas palabras, rompiendo con estereotipos conservadores.
Lamentablemente, muchachas, a veces ustedes las mujeres son las guardianas más férreas del status quo. Y ahí si, ni como ayudarlas a ustedes y su síndrome de Estocolmo. También tienen que amarse tantito, eh!
Creo que hemos recorrido un camino largo las mujeres, que se ha acortado en brechas con los varones desde, especialmente, el comienzo del Siglo XX hasta nuestros dias. Es muy interesante leer articulos sobre los feminismos de la Primera y Segunda Ola, sobre feminismo de la iguldad y de la diferencia, para comprender cómo la teoría de género ha surgido de un movimiento social reflexivo, critico y activo. También es importante conocer sus luchas y banderas. Pero es realmente interesante considerar cómo las opresiones comienzan desde el cuerpo como primer territorio de luchas y tensiones personales y sociales. Me resulta contradictorio en este contexto que la identidad de la persona que ha generado este blog tan transgresor, interesante y profundo, sean sus pechos...al menos, seria bueno decir algo al respecto para resignificar la imagen y que no quede como una imagen mas de las mujeres que han sido identificadas con sus pechos, colas o abdominales, pero nunca por sus cerebros, ideas, acciones transformadoras...que creo que la autora aqui tiene de sobra...Abrazos. Carmen
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