Ahora que Leviatán ha sanado, me siento muy diferente.
Es extraño, saberlo ahí, conmigo, para siempre.
Por momentos siento estas tres semanas como un "embarazo" y mi expectativa ahora está en el día del parto.
Cuidé de leviatán y de mí durante todo este tiempo. Supongo que es lo más cercano que estaré a una situación de ese tipo en toda mi vida.
Mañana Leviatán nacerá a la luz.
Mientras vayan a leer Iceberg, en Metatextos.
En honor de Cabezas de Cera, autores de la rola que inspiró a los que se quisieron dejar inspirar para este ejercicio.
1 comentario:
El asunto esta en que a Leviatan lo vas a cargar toooooda la vida y si tienes un hijo, te lo sacudes en 20 o 25 años¡¡¡¡
Es muy rara la sensacion que te queda pero con el tiempo mejora,no se como explicartelo, pero si creo entender como te sientes, ya pasara
Un beso
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