miércoles, 25 de octubre de 2006

El mal se esconde donde no imaginas


Estos son algunos fragmentos de la última postal de José Manuel Aguilera a propósito de la escenografía utilizada en las últimas presentaciones.

Yo sabía que San Miguel Arcángel no era precisamente un angelito de la guarda. Es en realidad un guerrero, un General que, en la imaginería católica, comanda los ejércitos celestiales. Ni más ni menos. Su misión fue enfrentar al demonio y vencerlo, expulsándolo del paraíso. Según la tradición, San Miguel logró la victoria tras un terrible combate.

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[Explica Joel Rendón:]

San Miguel fue uno de los primeros iconos cristianos que se sincretizaron con los dioses prehispánicos de los aztecas, inmediatamente después de la conquista. Así como la Tonantzin convenientemente se transformó en la Virgencita de Guadalupe, el San Miguel fue más o menos empatado con el mismísimo Huitzilopochtli, el dios de la guerra.

El caso es que San Miguel, con sus alas, su espada y su coraza celestial, caló hondo entre los mexicanos; hay muchos templos dedicados a él, especialmente en el centro del país. Su fiesta se celebra el 29 de septiembre (el día que iba a tocar La Barranca, obviamente).
San Miguel Arcángel enfrenta al demonio, al mal, o si prefieres, simplemente podemos decir lo malo. Aunque según yo, lo malo no necesariamente es siempre un enemigo externo, muchas veces puede ser interno. (el mal se esconde donde no imaginas, pensé yo). De cualquier manera, para vencerlo es necesario librar una batalla en la que, como en esas peleas de películas de artes marciales, San Miguel y su rival arrasan con todo a su paso. La batalla, inevitablemente, implica devastación y destrucción. Sin embargo, aunque dolorosa, no es una destrucción ciega, inútil, sino algo que es necesario: detectar al mal y arrancarlo, para después poder construir de nuevo, ya liberes de él. Entonces es también una especie de purificación. (Por eso a veces ponen al San Miguel con las ramas de pirú en vez de la espada).

Y por eso está ahí el niño levantando una nueva construcción, para lo cual utiliza los restos del combate; entre ellos aparece tanto una imagen de la corona (que representa a los conquistadores), como una greca (que representa a los vencidos). Porque en el fondo, la construcción nueva se hace con materiales de ambos lados y eso es lo que, a fin de cuentas, somos los mexicanos: ya no somos ni aztecas ni españoles, sino otra cosa que resultó de la mezcla entre ambos. La poderosa imagen del San Miguel Arcángel no sólo simboliza el triunfo del bien sobre el mal sino que, de alguna manera, al menos para mi, representa también la visión de los vencidos: la aceptación de un símbolo cristiano que, a fin de cuentas, resultó más poderoso que los que tenían los aztecas. Y eso todavía duele, como no. Entonces, el niño inicia la construcción, pero en base a una mezcla. Y de alguna manera, al ser niño, también sugiere el perdón. Ya es hora de aceptar todo lo que somos.

¿Y la mujer, pregunté, representa también la construcción, en este caso a través de la fertilidad? No, la mujer representa la espera. La batalla no se libra en un día, y la devastación generada por ésta puede ser profunda. Para empezar a construir de nuevo, se hace necesaria la espera.

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Los arcángeles son los únicos ángeles que no son anónimos. De entre ellos (se conocen también Rafael y Gabriel, aunque algunos escritos hablan de siete) la personalidad de Miguel es la más definida. Además, es el único arcángel militar, el único que comanda ejércitos. Según la mitología católica son varias las apariciones que ha tenido San Miguel, aparte de su enfrentamiento primigenio con el demonio. Se les ha aparecido a pastores, monjes y obispos, normalmente para indicarles que se levanten templos en su honor. Y se prevén, al menos, dos apariciones más: una en el Apocalipsis, cuando nuevamente en plan guerrero habrá de enfrentar y dar muerte al anticristo; y otra en el juicio final, cuando su misión consistirá en conducir a los muertos, cuyas almas pesará previamente con una balanza.

MICHAEL VICTORIOSUS, PRINCEPS MILITAE CAELESTIS, PUGNAT CUM DRACONE.

Fragmentos de la última postal publicada el 25 de octubre de 2006 por José Manuel Aguilera a proposito de las presentaciones del Fluir Total.
Fotografìa de Fernando Aceves tomada de la página oficial.

Leer completa aquí

3 comentarios:

Anónimo dijo...

a mí me gusta más la foto que pusiste tú :)

sigo pensando en la postal, desde que la leí la he traido en mente... me pegó

saludosos

Anónimo dijo...

Nota al mergen del apóstata materialista:

Los angeles en la tradicion semita originalmente no tenian nombre, estos fueron un elemento agregado cuando eran esclavos en Babilionia

Dicen las Malas lenguas que Miguel es la transformacion (y masculinización) de la Diosa Asiria Miki la cual tenía grandes alas blancas, largos cabellos rubios y vencia al mal a punta de madrazos.

Anónimo dijo...

y aguanten a ver la nueva sorpresa que nos trajo San Miguel!!!!